El Valencia de Marcelino García Toral frenó la intratable línea en la que se había instalado el Real Madrid y bajó a la tierra al campeón (2-2), remontando el marcador y cediendo únicamente al talento de Marco Asensio, que firmó con un doblete un partido para enmarcar.

El fútbol presenta cuestiones difíciles de explicar. Hay equipos a los que se le da bien un estadio y el Valencia es uno de los que asegura buena imagen en el Santiago Bernabéu. Puntuó en cuatro de sus seis últimas visitas y tras un periodo largo de sombras, la llegada de Marcelino le da otro empaque.

El nuevo Valencia es fiel a la imagen de su técnico, que dota de personalidad a sus equipos. Desde la solidez en el bloque reconstruye ilusiones a un valencianismo necesitado de alegrías. Con unidad y solidaridad en el esfuerzo, desafió a un Real Madrid lanzado. Las ausencias de Ramos y Cristiano Ronaldo invitaban al intento con esperanza.

El estado del madridismo con el estamento arbitral es de enfado continuo. Nada más arrancar el duelo nadie entendió cómo Fernández Borbalán fue el único que no apreció penalti en una mano de Vezo.

El Real Madrid arrancó con fuerza, sabiendo que le esperaba un duelo duro. La movilidad arriba favorecía la aparición de Marco Asensio por cualquier zona del campo. Le juntaba Zidane con Modric e Isco. Imposible poner mayor nivel de creatividad a espaldas de los delanteros. Faltaba que Bale encontrase la forma de encajar y sus carreras tuviesen sentido para la visión de pase de sus compañeros.

No perdona el equipo de Zidane las malas salidas de balón. Castiga con dureza el error. Lo cometió Kondogbia al no llegar al pase y apareció Asensio para convertir en fácil lo que es tan difícil en el fútbol. Salió disparado hacia portería rival con su elegante carrera y soltó un zurdazo con potencia y ajustado, imparable para Neto. Sin techo a su crecimiento. Con un fútbol arrollador.

Con Isco rebajando su nivel reciente de magia, Asensio tomaba el mando del partido. Buscaba a Benzema para el segundo antes de la reacción del Valencia. Con personalidad, sin hundirse con el golpe, con una nueva fortaleza que refleja el trabajo psicológico de Marcelino, empató con un tanto de premio a la cantera. La subida del incombustible Lato la vio Gayá y el pase atrás lo remachó a la red Soler.

Las ausencias en el centro de la defensa madridista pasaban factura. Casemiro era el parche y aunque realizó un partido serio en la acción del gol no estuvo bien posicionado. Se iniciaba una lucha continua del Real Madrid por el gol, chocando con un bloque serio. 21 minutos tardaba en aparecer Benzema. Su pared con Bale la estrellaba en el lateral de la red.

Isco jugó indispuesto. Antes de dejar el campo en el tiempo de descanso perdonó con todo para marcar, perdido en recortes.

La segunda parte fue trepidante. El balón era madridista pero el Valencia mostraba seriedad defensiva y tenía calidad arriba para golpear. Aguantó en pie los intentos sin éxito madridistas, con Modric teniendo dos opciones de marcar y Bale cabeceando picado. Rodrigo avisaba, Zaza cabeceaba arriba y Keylor Navas se lucía volando a una falta de Parejo. Nada pudo hacer cuando apareció de segunda línea Kondogbia, para sacar oro del pase atrás de Rodrigo.

Restaban trece minutos para el final y el Bernabéu se encendía para vivir un intento de remontada de los que tanto les gusta. Y lo acarició, con su equipo volcado y derrochando esfuerzo, tras el empate de Marco Asensio que hasta las faltas marca con clase. En el añadido, Benzema estrellaba un balón en el palo.