El Athletic se llevó el derbi de Ipurua gracias a un solitario gol de cabeza de Aritz Aduriz en la primera parte de un partido que los armeros pudieron haber igualado si Kike García hubiera estado más acertado de cara a portería en dos claras ocasiones en la segunda mitad.

La primera parte empezó con un Eibar presionando muy arriba e intentando ahogar la salida de balón de un Athletic que parecía notar los minutos de competición acumulados en sus piernas para estas alturas de la temporada.

En cualquier caso, los esfuerzos y las ganas de los armeros no se traducían en jugadas de profundidad, y tanto Inui como Rubén Peña no desbordaron por sus respectivas bandas.

Mendilibar no tardó en reaccionar, y Rubén Peña se quedó en el vestuario, dando entrada a Bebé, y cambiando a Inui de banda, tal vez con la intención de encontrar esa profundidad de la que los extremos adolecieron en el primer acto, mientras que Ziganda seguía confiando en los mismos once jugadores que comenzaron el partido.

Cierto es que Bebé otorgó algo más de profundidad en la banda, pero los armeros no encontraban la llave, mientras que el Athletic navegaba tranquilo en tierras eibarresas. Mendilibar puso toda la carne en el asador dando entrada a Enrich y jugando así con tres delanteros, pero no dio sus frutos. Ziganda, por su parte, sacó a Muniain, y el Athletic empezó a dar más sensación de peligro, aunque sin llegar a inquietar demasiado a Dmitrovic.

El Eibar tuvo el empate en las botas de Kike García, que ya sea por demérito del armero o por acierto de Kepa, marró dos clarísimos mano a mano que el portero despejó de forma extraordinaria.

De ahí al final, el Athletic manejó el tempo del partido, llevándolo a su terreno.