El parque de Castrelos vive uno de sus grandes fines de semana del año. Este mediodía arrancaba la cuarta edición de las "24 horas de Vigo", una prueba atlética que no tiene comparación en Galicia y que lleva al límite el esfuerzo de los deportistas. Todo un día corriendo, de forma individual o por equipos (masculino, femenino o mixto), en un circuito de un kilómetro habilitado en el parque que ha sido acondicionado para permitir la competición y facilitarle al mismo tiempo el lugar y espacio a los deportistas para que coman, descansen o se relajen en los periodos de descanso de los que disfrutan.

La carrera una vez más ha agotado las inscripciones que ofrecen a los deportistas. La competición cuenta con 52 plazas individuales (de las cuales diez son femeninas) y de 57 equipos masculinos, femeninos o mixtos formados por un mínimo de seis atletas y un máximo de 12. En total, 725 corredores que harán suyo el parque durante todo el fin de semana y que lucharán entre otras cosas contra el incierto pronóstico del tiempo que hay para estos días. En las anteriores ediciones de esta carrera los deportistas se encontraron con buenas condiciones e incluso un intenso calor. Pero esta vez van a enfrentarse al agua que ya ha hecho acto de presencia y una humedad más alta de lo que es habitual. Circunstancia que puede afectar entre otras cosas a las marcas que se puedan realizar.

En la carrera estan los habituales reyes del parque. Los equipos que no han perdido en esta prueba desde que se puso en marcha. "A Coitelo" en categoría masculina y el "Bikila" en mixta se han impuesto en las tres anteriores ediciones y persiguen una cuarta. Además de sus piernas, les ayuda su grado de conocimiento de la competición, que oblig a una buena organización de los descansos y los relevos (siempre tiene que haber un corredor dando vueltas al recinto).

Antonio Teijido, ganador de la pasada edición al dar 191 vueltas al circuito de Castrelos (con lo que rozó el récord de la carrera) también ha estado en la línea de salida.

La prueba rodeará a los participantes y sus acompañantes de todo la ayuda y cariño posibles. Se han organizado la comida, cena y desayuno; hay animación; música en diferentes momentos; concierto nocturno; actividades para niños a lo largo de la tarde del sábado; un flashmob...Un engranaje extenso y minucioso al que obliga una carrera diferente a las que un aficionado se puede encontrar y que nació de la mano de un grupo de gente unida por la pasión de correr.