El atletismo español intentará ser protagonista en los Mundiales al Aire Libre que acoge Londres desde hoy hasta el domingo 13 de agosto. En el equipo español figuran, además, tres atletas gallegas, la canguesa Solange Pereira (1.500 metros lisos), la triplista Ana Peleteiro y la lanzadora de peso Belén Toimil.

La de Londres no se presenta como una competición sencilla para la numerosa delegación nacional, cuyo principal objetivo es seguir progresando y alcanzar el máximo número de finales porque las medallas se presentan caras y las habituales principales bazas no llegan en su mejor momento.

Un año después de brillar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con el histórico oro de Ruth Beitia en salto de altura y la brillante plata del nacionalizado Orlando Ortega en los 110 metros vallas, España tiene ante sí el reto de mostrar su actual buena salud, con sus nuevas caras que deben aprovechar estos Mundiales para crecer.

Hace cinco años, en los Juegos que acogió la capital inglesa, el atletismo español firmó una pobre actuación con sólo cuatro finalistas: Ruth Beitia, los marchadores Miguel Ángel López y Beatriz Pascual, y el discóbolo Frank Casañas. Ahora, en su retorno al Estadio Olímpico londinense quiere mejorar esas cifras.

De los 56 atletas presentes, 35 hombres y 21 mujeres, las mejores bazas vuelven a ser los dos actuales medallistas olímpicos, aunque la saltadora cántabra no llega con una buena marca y recién salida de un pequeño parón por problemas físicos.

Beitia acude a Londres con un mejor salto de 1,94 metros, logrado en el Meeting de Madrid el pasado mes de julio, muy lejos de las mejores de este 2017, encabezadas por la rusa Maria Lasitskene.

Por su parte, Ortega, en su tercera gran competición internacional bajo la bandera española, intentará pelear por un podio muy caro en los 110 metros vallas donde el jamaicano Omar McLeod, campeón en Río y el único capaz de bajar de los 13 segundos este año (12.90), es el favorito.

La tercera opción podría residir en el marchador Miguel Ángel López, campeón del mundo hace dos años en Pekín en los 20 kilómetros marcha, oro que defenderá ahora sin estar al parecer al nivel de 2015. En esta ocasión, y al contrario que en Río 2016, no doblará y se centrará en estar en la pugna de la distancia corta para desquitarse de la decepción, aunque acude a Londres, donde brilló hace cinco años con un óptimo quinto puesto, con la decimoctava mejor marca (1:20:21).

A partir de aquí, las opciones se reducen aún más, aunque Ramón Cid, director técnico de la RFEA, confía en "algún tapado" que podría salir. En este sentido, habrá que prestar atención a Adel Mechaal, campeón de Europa en pista cubierta de 3.000 metros el pasado mes de marzo, y que en la capital inglesa liderará las opciones del 1.500 metros.