Por fin. Llevaban años peleándolo y al final ha llegado el premio a su tesón, a su constancia, a su esfuerzo. Los regatistas del Náutico de Vigo Pablo Cabello (Vigo, 1976) y Javier Lago (Vigo, 1986) se mostraban exultantes tras proclamarse campeones del mundo absolutos de Vaurien en el lago Lubie, en la Pomerania polaca.

"Han sido las regatas más duras de toda mi vida, pero contamos, dentro de los límites legales, con la ayuda de nuestros compañeros de equipo", aseguraban rotos por el cansancio, la tensión y la alegría.

En una semana tensa, de vientos cambiantes y tiempo enloquecido, la tripulación del Real Club Náutico de Vigo conquistó un título dominado en los últimos años por tripulaciones de Italia y Holanda y un barco vigués no se adjudicaba desde 2006, cuando lo ganaron Javier Porto y Beto Martín, también del Náutico. En esta década el Náutico sí había conquistado el Mundial femenino gracias a las primas Laura y Lucía Llópiz, las hermanas Suárez (Alejandra y Patricia) o a Helena Pérez. En esta década, las Llópiz ganaron en en lago Dümmer 2011, en Douarnenez 2012 y en Sanxenxo 2013 (también en Liptovska Mara 2010, pero en la década anterior), mientras Helena y Alejandra se imponían en Marina di Grosseto 2014 y las hermanas Suárez en Viana do Castelo 2016.

Ahora, el Náutico vuelve a mandar en la general absoluta. Cabello y Lago llegaron a la Pomerania Occidental con la incógnita de un barco de fabricación casera: durante dos años diseñaron el Vaurien que patrocina Castilla y León es Vida y que ha sido construido en Cangas por Xaime García. Y el nuevo diseño ha funcionado. "Después de veinte años ganando los barcos de Faccenda, hemos conseguido batirlos con un prototipo", explicaba Cabello feliz.

Polonia recibía el Mundial por vez primera con 63 tripulaciones de once países y tres continentes y Cabello y Lago volaron. En un lago con condiciones extremas, primero sol, luego nubes, después una tormenta eléctrica y 4 a 6 nudos de viento? los vigueses fueron los únicos que en ninguna de las diez regatas bajaron de la quinta plaza. Regularidad abrumadora.

De los seis días programados de lunes a sábado, en los que se incluía el jueves como jornada de reserva para recuperar mangas, la flota se quedaba sin competir lunes y miércoles por las condiciones meteorológicas, disputándose en la jornada sabatina tres pruebas en lugar de las dos previstas en el anuncio de regata.

Y Cabello y Lago, ganadores de las regatas tercera y cuarta del martes, llegaban al día decisivo en segundo lugar, empatados a 13 puntos con los italianos Olmo Cerri, campeón del mundo en en 2010, y Elisa Gesses, pero con la ventaja de que el descarte les favorecía. Segundo y quinto lugar en las regatas ocho y nueve frente a un noveno y un tercero del rival, para entrar en la décima y última prueba con un punto de desventaja pero con el descarte igualmente a favor. Y salió oro: quinta plaza para firmar una serie monumental (3-5-1-1-2-3-3-3-2-5) frente al séptimo lugar del tándem Cerri-Gesses. Suficiente. Y eso que Cabello reconoció que los italianos "nos intentaron sacar de la línea", pero su pericia y también el apoyo de la flota viguesa, cuyo técnico es Federico Enguix, evitó la jugada.

Luego, la euforia, la carrera para tirarlos al agua desde el pantalán e incluso un "tercer tiempo" con la flota italiana, a la que Cabello invitó a una ronda para compartir su título. "El Vaurien es así, en el agua fueron regatas España-Italia a cara de perro, con las mayores guarrerías que se pueda uno imaginar, pero después nos vamos juntos a tomar unas cervezas", explicaba Cabello.

Los campeones del mundo habían probado el barco en la Copa de España con excelentes resultados, "y eso nos dio confianza", explicaron, pero sabían que Polonia iba a ser otra cosa. "La noche anterior, los campeones del mundo de 2004, Javier Porto y Beto Martín, crearon un grupo de apoyo en whatsapp para darnos ánimos. Fue el empujón definitivo".

En un sábado increíble, con Paula González y Andrea González ("Plástica Murillo"), también del club vigués, como subcampeonas del mundo en categoría femenina, el Náutico recuperaba el cetro mundial que no levantaba desde Vada 2006.