- ¿Cómo ha sido esa experiencia de cuatro años y medio en Alemania? ¿Qué diferencias encuentra entre el balonmano español y el alemán?

- Cuando me fui a Alemania fue por un tema laboral, nada que ver con el balonmano. Fue a los cuatro meses cuando empecé de nuevo con el balonmano, poco a poco hasta que acabé dedicándome solo a esto y siempre en el Hannover. Creo que se podrían establecer dos vertientes para hacer una comparativa con España. La primera es la liga, con la diferencia entre la Bundesliga y la Asobal: la diferencia era y es brutal en cuanto a organización, profesionalidad, los recursos de los clubes... Asobal era muy potente por el nivel de los jugadores, no tanto por su estructura. Luego está la calidad de los jugadores y ahí la situación es mucho más pareja. Solo hay que ver las selecciones inferiores y absolutas de cada país. La gran diferencia entre un balonmano y el otro es la profesionalización y el nivel de organización.

- En los últimos años parece incluso que el balonmano español ha dado como un paso atrás, regresando a un nivel cercano al amateur. Por ejemplo, un jugador formado en el Bueu y que triunfó en Asobal con el Cangas, como David García, se acaba de ir a la liga francesa, al igual que antes Adrián Rosales. Pero ni siquiera a la Liga 1, sino a la 2.

- Estoy de acuerdo. Solo hay que ver las condiciones de algunos equipos de Asobal, que no pueden tener un médico, un fisioterapeuta o cómo tienen que viajar. Eso es algo que David García por ejemplo no va a notar en Francia porque ese club tendrá un presupuesto tres veces superior al del Cangas. Que a todo esto, el Cangas hace auténticos milagros con los recursos que tiene. La crisis económica está ahí y mientras no se supere todos los deportes que no sean el fútbol vamos a tener problemas. A nivel mediático el balonmano no ha sabido o no ha podido aprovechar las oportunidades que ha tenido.

- Usted ahora regresa a España y no a cualquier sitio, sino como entrenador del Barcelona B.

- Estaba muy feliz en Alemania, pero cuando te llama el Barça no puedes decir que no. Primero como aficionado [risas] y luego porque voy a trabajar con gente como Pasqui o Luis, que tenemos un pasado juntos en Vigo. Pasqui fue mi entrenador y fue él quien me metió el gusanillo del balonmano. Estar con ellos de nuevo en el mejor club de Europa es un sueño y estoy muy orgulloso. Lo que he encontrado es un nivel de organización muy similar al de Alemania y creo que podré desarrollar lo que he aprendido allí.

- Entrenar al Barça B supongo que es diferente. No se trata solo de ganar, sino más bien de cómo se gana y de formar a jugadores.

- Lo importante no es ganar, sino formar a los jugadores. Es importante también la imagen, pero si se trabaja bien los resultados llegan. Un club como el Barça tiene que demostrar que a nivel cantera tiene a los mejores jugadores o intenta formar a los mejores jugadores. Eso no quiere decir que todos puedan llegar al primer equipo. Eso es imposible y un Gonzalo Pérez de Vargas solo sale cada 20 años. Pero al menos sí que a Pasqui le valgan para entrenar y para poder ayudar al primer equipo a ganar títulos.

- ¿Cómo ve la próxima liga Asobal y a los dos equipos gallegos?.

- El Barça es el claro favorito. Luego está León, La Rioja ha perdido un poco de potencial y Granollers tiene un equipo joven muy interesante. Al Cangas le falta un jugador por fichar y ese jugador va ser el que marque estar más o menos tranquilos. Si acierta con ese fichaje puede estar un punto por encima de otros equipos. El Teucro va a tener que luchar mucho.

- ¿A qué se debe su presencia en Bueu y qué es lo que intentará trasladarle a los chavales?

- Tengo muy buena relación Irene y Rosa Vilaboa y con Milucho. He trabajado con ellos en otros campus y Milucho incluso fue mi entrenador en el Octavio. Es una amistad de muchos años y por eso vengo encantado. Cuando uno está fuera de casa ve cosas diferentes y eso es lo que intentaré contar a los chavales y a los entrenadores, esa experiencia fuera.