Los canoístas del Kayak Tudense demostraron su fortaleza en el Campeonato de Europa de maratón. Dos bronces y el cuarto puesto de Iván Alonso en K-1 forman parte del balance en Ponte de Lima (Portugal). Ramón Ferro y Óscar Graña lograron el bronce en C-2. Es su vigésima medalla. Y aspiran a más, ya que en septiembre competirán en el Campeonato del Mundo en Sudáfrica.

Graña explica que "una medalla siempre es importante, sobre todo en una regata tan dura y exigente como es el maratón. Son más de 25 kilómetros y eso requiere un gran esfuerzo físico y mental". Sobre las estadísticas, explica que "es la recompensa a tanto trabajo y dedicación. Es un número redondo, pero tanto Ramón como yo aspiramos a aumentar esa cosecha".

En Ponte da Lima vivieron una situación peculiar. La embarcación francesa les obligó a rectificar el rumbo, por lo que perdieron mucho tiempo. Sus rivales fueron amonestados. Los dos componentes del Kayak Tudense perdieron el contacto con el grupo de favoritos. "Nos produjo mucha rabia", confiesa Graña. "Los franceses fueron sancionados, pero los grandes perjudicados fuimos nosotros. Sin ese incidente podríamos estar luchando por un puesto mejor. Quizás no hubiéramos alcanzado el oro, pero lo que queríamos era estar en esa pelea. Nos quedó mal sabor de boca". Los dos canoístas continuarán su preparación para el Campeonato del Mundo. Óscar Graña dice: "Si no surge nada raro, estaremos entre los primeros. Es un deseo y un pronóstico".

Manuel Garrido llevaba tres años sin competir a nivel internacional. Para el canoísta del Kayak Tudense era un examen el Campeonato de Europa en Portugal. A lo largo de la temporada se entrenó en el río Miño y apostó fuerte por una cita deportiva muy cerca de su casa. En Ponte de Lima contó con el apoyo de muchas personas. "Fue una motivación extra. Sabía que estaban allí, en las gradas, pero también era una responsabilidad no defraudarles", insiste.

La prueba volvió a poner de manifiesto la capacidad de reacción de Manuel Garrido. No realizó una buena salida. Llegó a estar quinto en la prueba. Pero logró remontar: "No fue fácil. Ni mucho menos. Perder contacto con el grupo principal es un gran problema. Pero lo superé. Arriesgue lo que consideré oportuno. Tenía que saber jugar mis bazas". Lo hizo con el portugués Rui Lacerda. Estuvieron juntos durante buena parte de la prueba. Garrido le esperó cuando su rival se cayó. Fue un gesto deportivo. Explicó que "era lo normal. Le puede pasar a cualquiera ese percance. Mejor ir los dos juntos y jugarnos todo al final".

Y los últimos 200 metros fueron intensos. Manuel Garrido soltó toda su fuerza y superó a su adversario. Llegó la recompensa de la medalla, los sentidos abrazos y la alegría de recuperar el protagonismo a nivel internacional. Ahora, Manuel Garrido tiene otra cita. Competirá en el Campeonato de Europa de pista en la especialidad en la distancia de C-1.