Orgulloso de su equipo, fastidiado con el gol en propia meta y la expulsión, absolutamente convencido de que el ascenso sigue siendo posible. Así se muestra Patxi Salinas. "La segunda mitad ha sido brutal por nuestra parte, sobre todo los primeros quince minutos. Han sido increíbles", se ufana Salinas. "Hemos tenido tres ocasiones clarísimas. Y luego la expulsión nos ha matado. Vas con el marcador en contra, con un jugador menos? Ya era complicado. Pero el equipo le ha echado unos cojones increíbles, como durante todo el año. Ha estado inmenso. Hemos creído hasta el último momento. Por lo menos hemos empatado el partido, lo que nos da vida para el partido de vuelta", celebra.

El Rápido mantuvo su apuesta por esa táctica del cambio de ritmo -contener en la primera mitad y golpear en la segunda-. "Prácticamente no nos habían creado peligro", recuerda Salinas. "Es un equipo que toca muy bien la pelota. Teníamos que estar juntos y cerraditos. Sabíamos perfectamente que si le metíamos un ritmo intenso, el partido se les iba a hacer cuesta arriba a partir del minuto sesenta. Les ha pasado a muchísimos equipos en nuestro campo. Luego con Pardavila, Carlitos o Nico somos un equipo muy difícil de parar". El tanto en propia meta estropeó esa apuesta: "Nos ha matado. Es un gol de rebote, entre nosotros. Y luego la expulsión. Pero el equipo le ha echado casta. Incluso hemos tenido el 2-1 estando con diez. Ellos han acusado nuestro ritmo y al final estábamos entrando fácil".

El vizcaíno ya anticipa que aunque obligado a marcar, el equipo se comportará con paciencia en Peralada: "Tenemos noventa minutos. Podemos hacer gol en cualquier momento. No hay que ir a buscar el partido a lo loco. Podemos marcar en el 85. Mientras haya vida, hay esperanza. El resultado no es malo. Tampoco es todo lo que nosotros habíamos pensado, porque pensábamos mantener nuestra portería a cero. Pero solo tenemos que empatar a uno, a dos o ganar. Hemos ganado en campos complicados y este equipo está preparado para ir a Cataluña y ganar. Pero desde la paciencia y desde la calma, como hasta ahora".

Elogia a Corominas, director del juego visitante: "Corominas estaba en el Olot cuando yo entrenaba al Sant Andreu. Y era de los supercotizados en Segunda B. Es de otra galaxia. En esta categoría no pinta nada. Está por encima de todos. Es muy complicado de parar, igual que Boniquet. Nosotros hemos hecho un partido muy bonito. Le hemos echado todo lo que podíamos echarle y más. Si no hemos podido, es porque no podíamos más".