Al Rápido e Bouzas se le ponen difíciles las cosas en la fase de ascenso, pero no imposibles. Todavía hay esperanza para el equipo vigués y muchas razones para creer en el sueño de llegar a la categoría de bronce del fútbol español. Porque el conjunto que dirige Patxi Salinas rescató un empate agónico en el Baltasar Pujales ante el Peralada catalán en la final del playoff de ascenso. Los boucenses fueron capaces de reponerse al tanto inicial de los visitantes, arrinconarles hasta convertir a su portero en el héroe del partido y empatar el encuentro en el último momento gracias a un penalti convertido con mucha sangre fría por Carlos Pereira. Los aurinegros, que en esta fase de ascenso solo han recibido un solo gol y ha sido el tanto en propia puerta que se ha marcado hoy Vieites en el primer tiempo, tendrán que marcar en el partido de vuelta si quieren que la eliminatoria caiga de su lado la próxima semana en Girona para así jugar la temporada que viene en Segunda División B.

Los vigueses no entraron bien en el partido a pesar del buen recibimiento que le ofreció el Baltasar Pujales. Los de Patxi Salinas le cedieron la iniciativa al Peralada en la primera mitad y sufrieron hasta el descanso, agobiados por la labor entre líneas que desempeñaba el catalán Coromina. Diego evitó el primer tanto de los gerundenses y su delantero perdonó una ocasión clarísima a los 26 minutos. Pero el gol visitante llegó en la acción tonta del choque cuando Vieites marcó en propia puerta tratando de despejar un balón sencillo dentro del área antes de que llegase al segundo palo.

Pero la reacción del Rápido fue notable. Antes del paso por vestuarios ya había reclamado un penalti dentro del área de los catalanes por manos, aunque el vendaval se produjo tras la reanudación con la figura de Carlos Pereira como revulsivo y complemento perfecto a Pablo Carnero y Tomás Comesaña en ataque. El propio Tomás intentó levantar el balón por encima del portero en la primera ocasión de la segunda mitad. El cancerbero del Peralada estuvo veloz de reflejos para despejar el peligro. También apareció Youssef tres minutos después con un tiro desde la frontal que desvió la defensa a saque de esquina e instantes más tarde Carnero se inventó un zurdazo de volea desde treinta metros que volvió a estrellarse contra la inspitación del meta visitante, cuya figura se agigantaba con el paso del tiempo.

Sinembargo, cuando mejor estaba el Bouzas se produjo la expulsión de Adrián por doble amarilla, la segunda muy discutible. A los vigueses les costó reponerse del duro golpe de verse por debajo en el marcador y con uno menos sobre el césped, pero el equipo de Patxi Salinas demostró de qué pasta esta hecho y protagonizó el último arreón. Pardavilla reventó contra el lateral de la red un disparo cuando solo tenía delante al portero y justo después, el colegiado señaló penalti por una mano de Traoré, defensor del Peralada, dentro del área. Carlos Pereira asumió los galones, lanzó la pena máxima y marcó por el centro de la portería. Aún tendría el Rápido un par de ocasiones antes del pitido final.

Los vigueses están obligados a marcar la próxima semana en Girona, pero visto de lo que fue capaz el conjunto aurinegro en la segunda parte en el Baltasar Pujales, la hazaña está al alcance de sus manos.