Los hermanos Alcántara, Thiago y Rafinha, estrenan campus propio este verano. Se desarrollará entre finales de este mes y comienzos del siguiente, con la granja El Kiriko como centro neurálgico. Los hijos de Mazinho se implicarán de forma directa en esta iniciativa que los devuelve al escenario geográfico de su niñez. En el sur gallego residieron mientras su padre jugaba en el Celta y es todavía el hogar donde cada verano los aguardan su madre y sus otros dos hermanos, Thaísa y Bruno.

Rafinha, además, ha tenido su propia vinculación profesional con el Celta. Jugó en el equipo celeste en la temporada 2013-2014, cedido por el Barcelona. Lo había reclamado Luis Enrique, que ya tenía como ayudante a Juan Carlos Unzúe, y con ambos ha estado en la plantilla azulgrana durante las tres últimas campañas. En consecuencia, conoce perfectamente al nuevo entrenador céltico. "Unzué es un hombre de fútbol y saldrá genial porque el Celta es un equipo de mucho fútbol. Estoy muy feliz por las dos partes", asegura el pequeño de los Alcántara. "El Celta ha hecho una gran temporada y Juan Carlos viene de tres grandes temporadas también. Ojalá les vaya bien a los dos. Felicito a la plantilla del Celta por el año que han hecho", comenta y resume: "Buena Copa del Rey, Liga, caídos en semifinales de Champions contra el United, que al final fue el campeón? Para mí ha sido una gran temporada y espero que se supere el año que viene tanto por el equipo como por la magnífica ciudad a la que representa".

Rafinha podría cambiar de aires este verano. Liverpool y Roma se cuentan entre sus pretendientes. No está el centrocampista al alcance del Celta, aunque no descarte volver a vestirse de celeste algún día: "En este mundo nunca se puede decir tajantemente no a algo".

Lo inmediato para los dos hermanos es disfrutar de las vacaciones, lo que incluye ese contacto con los más pequeños. "El Campus Alcantara nace con el objetivo de ser una experiencia inolvidable para los niños y niñas", explica Thiago. "Será una semana de convivencia en la que queremos que se lleven a casa los valores humanos del deporte que amamos, el fútbol. Lo resumiríamos con 'valores, fútbol y diversión'". Rafinha añade: "Yo tengo muchas ganas de ver a los niños entrenando en nuestro campus. Aparte teníamos claro desde el primer minuto que se haría en el área de Vigo. Es una felicidad para los dos por lo que significa este entorno para nosotros".

Thiago resume la programación: "La Granja Kiriko tiene unas instalaciones únicas en Galicia donde los chavales podrán gozar de actividades cada tarde. Por las mañanas, sesiones de fútbol en campo, con una metodología específica adaptada a cada grupo de nivel y edad. Intentamos hacer algo muy exclusivo y que sea una experiencia única". La instrucción futbolística se realizará en el campo del Ponte Caldelas.

Ambos prometen una involucración directa en el campus. "Nosotros no queremos poner el nombre al campus y pasar a saludar", avisa Thiago. "Tanto yo como mi hermano nos implicaremos e intentaremos pasar las máximas horas posibles con los chavales jugando al fútbol, charlando? Divirtiéndonos, al fin y al cabo. Y no sólo durante un día". Aunque Rafinha matiza entre risas:"Me hubiese encantado poder correr con los niños pero me estoy recuperando de la operación de menisco y creo que en esta primera edición haré mas charlas con los niños que concursos de faltas o penaltis".

Son conscientes de la ilusión que la presencia de ambos puede despertar. "Yo me acuerdo cuando era pequeño lo especial que era compartir momentos con mis ídolos o futbolistas de primer nivel. Esos nervios en la barriga, las ganas en cada entrenamiento en este caso y cuando era pequeño no sabía ni hacia dónde mirar", recuerda Rafinha. "Esos momentos son increíbles y no solamente para los niños".