El fútbol ha sido justo esta temporada con el Rápido de Bouzas, que este fin de semana inicia el asalto definitivo a Segunda División B. Y terriblemente cruel con David Portas. El capitán boucense, de 33 años de edad, aurinegro desde los 7 años, sufrió en enero la rotura del tendón de Aquiles; la primera lesión grave en su carrera. Ha evolucionado bien. De hecho, siente que habría podido disputar esta eliminatoria contra el Peralada. Pero el club tramitó la baja de su ficha por exigencia burocrática para intentar un fichaje. No pudo realizar esa contratación y la estéril maniobra ha frustrado a Costas, en quien se mezclan "la ilusión y la rabia".

Portas sintió ese conocido golpe en el talón el 29 de enero, en un partido contra el Choco. El diagnóstico fue rápido: rotura del tendón de Aquiles. Fue operado dos días más tarde. "La recuperación va muy bien", informa el defensa. "He empezado a entrenar. Mi baja se estimaba en seis o siete meses. Y ha sido en menos. Estoy a tope, sin limitaciones. Simplemente me falta un poco de musculatura. Pero estoy recuperado".

Portas siempre creyó en la capacidad regenerativa de su cuerpo. Durante los primeros meses le dedicó cinco horas diarias a su recuperación. Agradece los cuidados que ha recibido del masajista Nando y de los rehabilitadores del Concheiro. "Mi idea siempre fue volver a jugar esta temporada. Yo creo que hubiera podido llegar a esta eliminatoria. La lesión ha ido tan bien que lo podría haber apurado un poco más. Como ya sabía que estaba dado de baja, me lo he tomado con más pausa y me he centrado en entrenar para poder estar en la próxima pretemporada", explica.

Su exclusión se fragüó cuando la directiva quiso fichar y la Federación Gallega lo consideró fuera de plazo. El Rápido presentó un recurso a la España y tuvo que adjuntar la baja de Portas. Al final, el recurso fue rechazado.

"La última fase de ascenso que disputó el Rápido fue hace doce años, justo cuando yo empezaba en el primer equipo. Nunca había tenido una lesión de gravedad", se lamenta el capián, que describe la mezcla de emociones que siente sobre lo que está realizando el equipo: "Es una alegría como comedida. Me alegro muchísimo por los compañeros y el cuerpo técnico. Han realizado un extraordinario trabajo. Pero sí tengo una cierta rabia por dentro. Tras 26 años en un club deberían haber confiado un poco más en mis sensaciones. Tuve que firmar la baja un mes y medio después de la operación. Y ya estaba andando por la playa para recuperarme. No supieron valorar eso. Son situaciones que vas asimilando con el tiempo".

Aunque cree que ni el ascenso le podrá curar esta herida ("sería una ilusión diferente, quedaría la espina"), celebra la trayectoria de la escuadra, a la vez que la considera ajustada a los méritos colectivos: "Ha sido un poco sorpresa, un poco sueño. Pero hemos hecho un año excepcional. No se puede pedir más. Ha habido lesiones importantes aparte de la mía y siempre hemos dado la cara. Somos el equipo que más ha estado en la primera posición y no hemos bajado de la segunda después de las primeras jornadas. En la fase de ascenso se está viendo todo lo que hemos trabajado y lo bien que lo hacemos".

Queda el último asalto tras eliminar a Cayón y Santa Brígida. El Peralada es el filial del Girona. A diferencia de las eliminatorias anteriores, el Rápido disputará el primer partido en el Pujales, lo que Portas lamenta: "Nos iba bien jugando fuera de casa. Somos un equipo de aguantar y salir al contragolpe. Lo tenemos claro. Hemos jugado así todo el año. Jugar fuera de casa primero nos beneficia. El rival tiende a apretar y a abrirse un poco más. El Peralada, por lo que nos han contado, tiene jugadores de calidad, que quieren la pelota. Lo contrario que nosotros. Cada uno intentará hacer su juego".

Lo paradójico de la situación es que la plantilla boucense pelea por un premio que quizás muchos no podrían disfrutar. "La mitad de la plantilla trabaja. No sé cuántas de esas personas podrían seguir. Si subiese el Rápido, quizás el primer año seguiría entrenando igual, a las nueve de la noche. Pero cuando coges carrerilla en la categoría ya quieres entrenar de mañana o a las cinco de la tarde. Es más complicado para la gente que trabaja. Pero cuando estás jugando no piensas en que quizás te tengas que ir si asciendes. Quieres ascender y ya intentarás arreglar".