No pudo ser. El sueño del Frigoríficos del Morrazo de dar la campanada ante el Naturhouse La Rioja y colarse por vez primera en su historia en las semifinales de la Copa del Rey se esfumó a falta de tan solo diez minutos. Hasta entonces el conjunto cangués había tuteado a todo un trasatlántico como el Naturhouse, minimizando las enormes diferencias entre ambas escuadras, tanto a nivel de plantilla como de presupuesto. Luego bastaron un par de detalles para que la lógica se impusiese y arrebatase al Cangas el privilegio de soñar (32-27). A los de O Morrazo solamente puede achacárseles su escaso acierto desde los siete metros (5/9 ayer).

El broche de oro que ansiaba Víctor García, "Pillo" para cerrar la temporada no llegó en forma de resultado pero sí en términos de imagen. Y es que el Cangas saltó a la pista sin ningún tipo de complejos y no rehuyó el cuerpo a cuerpo ante los de Jota González. Más aún, los de O Morrazo, desatados, se permitían el lujo de marcar distancias (4-7, 5-8, minuto 12) y de alimentar sus esperanzas a base de buen juego. Todo ello sin modificar un ápice la idea inicial de su técnico de distribuir minutos entre todos sus hombres.

Una exclusión de Potic y algún error de lanzamiento propiciaron que los de Logroño entrasen en el partido (9-9, minuto 18), pero sin que ello descompusiese a un Cangas magistralmente dirigido por David García y que encontraba los espacios en la defensa enemiga. Las alternativas en el marcador se sucedían, con distancias de un gol para uno y otro contendiente, pero fueron los cangueses los que, gracias a un contragolpe culminado por Vujovic al filo del descanso, se fueron con ventaja a vestuarios (17-18).

En la reanudación no cambió el panorama e incluso David García aumentaba la renta (17-19). La entrada de Hermones y Kappelin dinamizó las porterías y por momentos parecía que el Naturhouse rompía el marcador (23-21, minuto 44) pero pronto el Cangas supo enjugar la diferencia (23-23, minuto 46). Jota González pedía tiempo muerto (25-25, minuto 50). Y ahí el Cangas se secó. Un par de errores, una exclusión de Milosevic y, sobre todo, casi siete minutos sin marcar, sentenciaron. Los riojanos se anotaron un parcial de 4-0 (29-25, minuto 56) que ni siquiera pudo parar Pillo con un tiempo muerto. No quedaba margen para la reacción. Los cangueses adelantaron líneas en defensa y arriesgaron pero no obtuvieron premio, sino que fueron castigados con un marcador mucho más abultado que a lo que se hicieron acreedores.

A la conclusión del partido Víctor García, "Pillo", se mostró contento por la imagen y el rendimiento de los suyos en un partido que considera "un digno final a una temporada de mucho sufrimiento", con el aspecto positivo de que, además, "han acabado jugando todos y todos lo han hecho bien". El entrenador del conjunto cangués subraya que "el resultado no refleja lo que fue el partido" y tan solo lamenta "que fallásemos cuatro penaltis". Prefiere quedarse con el hecho de que "fuimos mandando durante mucho tiempo por uno y dos goles, aunque al final ellos anotaron un parcial de 4-0 y ahí se acabó todo. Arriesgamos pero ya no hubo tiempo para más".