Desde el 4-0 del Milan al Barcelona en Atenas no se recordaba una victoria tan clara en una final de la Liga de Campeones como la que ayer obtuvo el Real Madrid ante una Juventus que encajó más goles en una noche que en toda la competición europea, en la que dejó fuera al Barcelona de Messi, el único rival que ahora mismo puede hacer sombra al rey de Europa, al equipo que promovió el torneo de clubes más importante del planeta fútbol y que ha recuperado el idilio con la orejona que mantuvo en los tiempos de Di Stéfano. Ahora cuenta con Cristiano Ronaldo, el mejor rematador de la historia. Y ante este nuevo Real Madrid, que suma tres títulos en los últimos cuatro años, la Vecchia Signora sumó una nueva decepción, y van siete, en este torneo.

demasiado fácil

Ni los más forofos madridistas esperaban que la Duodécima llegase al museo del Bernabéu con un triunfo tal holgado. Decepcionó nuevamente una Juventus que se presentaba en Cardiff con la ilusión de cerrar su gran temporada con un triplete, tras dominar con mano de hierro en Italia. Con uno de los mejores porteros de la historia y con la defensa más fiable de Europa, el equipo de Allegri esperaba vengar a los compañeros que perdieron la final europea de 1998 ante el mismo rival por un polémico gol de Mijatovic. Con Dybala, Higuaín, Mandzukic y Dani Alves era posible desbancar al rey del trono. Este curso lo había conseguido el Celta en la Copa del Rey, privando a los de Zidane de sus opciones de pelear por el triplete. Los de Berizzo fueron los únicos en ganarle una eliminatoria a los blancos en la temporada que ayer llegó a su fin. En la Liga, el pulso con el Barcelona no lo resolvió el Madrid hasta la última jornada, después de que Messi montase un tendal en el Bernabéu.

irrupción de Cr7

La final de ayer comenzó con muy buenas sensaciones para el equipo turinés, que puso a prueba a Keylor Navas. El costarricense sacó una mano prodigiosa para evitar un gol de Pjanic cuando apenas se habían disputado cinco minutos de partido. Parecía que la Juventus iba a conseguir lo que no había podido celebrar el Atlético de Madrid en las dos últimas finales contra los merengues. Pero entonces apareció Cristiano Ronaldo. El portugués es ahora mismo un futbolista del montón con el balón en los pies, pero mantiene intacta la ambición por seguir pulverizando récords. Ayer sumó otro cuando Carvajal le devolvió el balón que le había entregado en la banda. Remate perfecto con el interior hacia el palo largo de Buffon. CR7 se convertía de esta en el primer futbolista en marcar en tres finales de la Champions League.

obra de arte de mandzukic

Seis minutos tardó en empatar Mandzukic con un maravilloso gol coral. Allegri no solo ha construido un equipo de guerreros, también lo ha dotado de sutileza, de genialidad y de riesgo para salir con el balón jugado. Sus defensas arriesgan tanto como los del Barcelona por iniciar la jugada desde atrás. Y ese estilo quedó reflejado en la acción que inició un centrocampista de la Juventus con un pase largo para la llegada de Alex Sandro hasta la línea de fondo del Real Madrid. Al primer toque y sin que el balón cayese al suelo, el lateral centró hacia el punto de penalti, donde Higuaín amortiguó la pelota con el pecho y la cedió a Mandzukic. El croata preparó un remate de chilena y el balón subió para envenenarse y colarse por encima de los guantes de Keylor Navas. Golazo y empate.

con vida hasta el descanso

La final prometía una gran noche de fútbol, con el equipo italiano dominando el juego gracias a su sacrificado trabajo para mantener una altísima presión, para ganar los balones divididos y para maniatar a un Real Madrid que se mantenía vivo gracias al buen comportamiento de su defensa, al sacrificio de Casemiro, a la clarividencia de Modric y a la pegada de Cristiano. Sin noticias de Isco, que le había ganado el pulso a Bale por la titularidad. A pesar de los problemas para frenar a los de Allegri, el Real Madrid se esforzó por acabar la primera mitad con buenas sensaciones y con el balón en sus pies cuando el árbitro señaló los vestuarios.

desconexión inesperada

Nadie se esperaba la desconexión que sufrió la Juventus tras el descanso. Los de Allegri volvieron al partido despistados, sin fuerzas, como si la nueva posición de Isco, más escorado a la izquierda, rompiese todos sus esquemas. El gol de Casemiro a la hora de juego derrumbó anímicamente a los bianconeros, que tres minutos después asistían impávidos a otro remate excelente de CR7, tras una gran jugada de Modric. Había bastado un cuarto de hora de dominio blanco, con la aparición de Marcelo y de Carvajal por los laterales y el gobierno del balón por parte de Kroos, Modric, Casemiro e Isco, para que el rival que había destrozado al Barcelona de Messi cayese como un juguete roto en manos del equipo más insaciable de Europa, el que ha convertido la Champions League en su trofeo favorito. Y en plena fiesta merengue, irrumpió el joven Asensio, otro futbolista que contribuirá a engrandecer la leyenda de un equipo que ha ganado las seis últimas finales que ha disputado de este trofeo.