Hace seis meses que el jugador de balonmano Pablo Cacheda recibía una de las peores noticias posible. Tenía que pasar por el quirófano por una grave lesión. En el partido que enfrentaba en Logroño a su equipo, el Naturhouse, con el Frigoríficos del Morrazo, el jugador dezano sufría la rotura del ligamento cruzado de su rodilla izquierda. "Al principio fueron unos meses muy duros, porque al final es una lesión muy grave, y estuve mucho tiempo parado, sin poder hacer absolutamente nada, me costaba dormir y tenía dolor, pero ya desde hace dos meses las cosas han mejorado bastante y ya la vida del día a día es algo normal", indica el jugador.

Fue un parte médico escalofriante en el que se relataba una "rotura del ligamento cruzado, del ligamento lateral interno, del menisco interno, desplazamiento de la rótula, daños en el cartílago del fémur, fémur fracturado,?". Cacheda afrontó con estoicismo lo que se le venía encima. "Ya en cuanto me hicieron la resonancia me dijeron cuál era el alcance de la lesión, pero cuando entramos a quirófano algunas de las partes que parecían más dañadas no lo estaban. Eso en un primer momento fue positivo porque si llegan a estar dañadas dos partes más que sospechaban que sí probablemente no habría ninguna posibilidad de que volviese a jugar", afirma.

Así que ahora es optimista. "Dentro de que ha sido una lesión muy complicada, tal y como ha ido evolucionando hasta ahora que estoy empezando ya a correr, todo apunta a que pueda volver a jugar. Aún quedan muchos plazos por cumplir y muchas fases por las que pasar aún, pero probablemente pueda volver a jugar; el tiempo lo dirá", afima. La suya es una situación de "baja indefinida y punto".

Cacheda no se obsesiona con el calendario. "No me fijo ningún plazo. Ahora estoy empezando a correr, la rodilla parece que responde bien, pero de una semana para otra todo puede cambiar, así que nos curamos en salud y optamos por la cautela. Una recaía de esta lesión sería para quedarme cojo el resto de mi vida, así que vamos muy poco a poco, sin forzar lo más mínimo. Que tarde lo que tenga que tardar, pero que sea una buena recuperación", explica.

Los primeros cuatro meses tras la operación han sido un auténtico calvario para el ex académico. "Tienes mucho tiempo para pensar y ves que a la rodilla le cuesta evolucionar y eso es lo más duro. Ahora ya lo vamos llevando mejor. Como ya estoy mentalizado de que falta mucho para jugar, no es algo ni que me pide el cuerpo, porque sé que no puede ser", indica.

El respaldo de su club, el Naturhouse, le permite estar centrado totalmente en su recuperación. "El club desde el principio se ha portado muy bien. Yo he querido operarme con el mismo traumatólogo que me había operado de la otra vez, cuando me lesioné la otra rodilla, y me han dado todas las facilidades y no tengo ninguna queja, todo lo contrario". Pero el futuro sigue siendo incierto para él. "Todo pinta a que saldrá bien, pero aún no está nada claro, así que de momento no sabemos qué voy a hacer la temporada que viene. Yo no quiero engañar a nadie, ni mucho menos, e igual hasta enero no puedo jugar y no sabemos ni con qué nivel, así que ya veremos qué pasa. Ahora de momento lo importante es la rodilla, que es en lo que estoy centrado. Ya lo que pase de aquí a la próxima temporada habrá que valorarlo más adelante, ahora no quiero pensar en eso. Hay que ir día a día, que es lo que me pide la rodilla también y mirar al futuro yo creo que sería un error", concluye.