El Mecalia Guardés hizo historia para el deporte gallego al conseguir por primera vez en su historia el título de campeón de la División de Honor Femenina, algo que solo antes había logrado la Sociedad Hípica de Coruña en los años sesenta.

La tarde en A Sangriña fue inolvidable. El conjunto de José Ignacio Prades venció los nervios propios de la cita y acabó por imponer su mejor juego para superar al Granollers por 27-20 y levantar por primera vez este trofeo. Una vez más A Guarda se volcó con su equipo en un día para la eternidad. Desde una hora antes de que comenzase el partido, antes de que las jugadoras saltasen a la pista a calentar, el pabellón ya estaba lleno de aficionados entregados a sus jugadoras.

Y les costó a las gallegas coger el ritmo al partido porque el Granollers encontró el camino para hacerles daño y hubo algo de precipitación en algunos momentos por parte de las gallegas que se vieron a remolque en el primer tiempo con ventajas para las catalanas que oscilaban alrededor de los dos goles de diferencia. Pero Prades serenó los nervios con un tiempo muerto y de la mano sobre todo de Haridian, Etela Doiro y Anthia Espiñeira el Mecalia Guardés le dio la victoria hasta llegar al descanso con una ventaja de 13-11.

El segundo tiempo fue un recital para las guardesas que arrollaron por completo al Granollers mientras la temperatura subía en A Sangriña al grito de "campeonas, campeonas". Con una diferencia que se fue hasta los diez goles, el partido se convirtió en un trámite hasta que llegó el pitido final y el pabellón estalló. El Mecalia Guardés lograba el primer título de su historia en medio del delirio de su gente. Un día para el recuerdo del balonmano y el deporte gallego.