Los interrogantes que suscitaban la naturaleza de los negocios de Sandro Rosell en Brasil le dieron quebraderos de cabeza ya en 2010. "Nunca en mi vida he ido a un juzgado. Lo explicaré por última vez y ya no lo explicaré más: yo tengo en Brasil una empresa (Ailanto Marketing Ltda) que hizo un contrato con el gobierno de Brasilia y éste cometió unas irregularidades y me han hecho un requerimiento informativo. Aquí se ha acabado", declaró Rosell en un acto de campaña el 27 de mayo de 2010. Se presentaba a la presidencia del FC Barcelona, comicios que el 1 de julio de 2010 ganó arrasando, al obtener el apoyo del 61,35% de los votantes y un récord de votos (35.021).

Un excompañero de junta y rival en las urnas, Marc Ingla, fue el encargado de airear los supuestos trapos sucios de Rosell en plena campaña electoral. "Hay dos problemas con el señor Rosell: sus negocios de fútbol, el hecho de que contrata partidos amistosos y gestiona jugadores y, después, que tenga una investigación por fraude y corrupción que implica al Estado brasileño", manifestó Ingla. Rosell anunció que se querellaría contra Ingla y prometió que vendería su empresa, "no por un conflicto de intereses, porque eso es un tema de buena fe o mala fe", sino porque necesitaba "tiempo para desarrollar la tarea de ser presidente del Barça".

De aquella querella y la supuesta venta de Ailanto poco o nada se supo a partir de entonces. Rosell dimitiría como presidente del Barça, tres años y medio después, ante la alegando unos motivos que no convencieron a nadie. "Mi familia y yo mismo hemos sufrido en silencio amenazas y ataques que me han hecho pensar si ser presidente significa tener que poner en riesgo mi familia y causarles angustia", apuntó. Rosell añadía, como otro motivo de su dimisión, "una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida" que había desembocado en una querella contra él en la Audiencia Nacional por el fichaje de Neymar. Aquella querella tiene al expresidente del Barça pendiente de juicio por un presunto delito de estafa impropia y corrupción en los negocios. En este caso, también están procesados los padres del jugador y el actual presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu, además del club catalán y el Santos.

Otra vez la conexión brasileña de Rosell, detenido ayer. La investigación sitúa a Rosell y a su socio y amigo Ricardo Teixeira, al expresidente de la federación brasileña, al frente de la trama y les acusan de cobrar por los derechos audiovisuales de la selección brasileña a través de una empresa participada por ambos (Brasil 100% Marketing) que se blanqueaban a través de empresas en paraísos fiscales. En Brasil hace años que seguían la pista del dinero que presuntamente se repartían Rosell y Teixiera, al que conoció cuando el empresario catalán era el ejecutivo de Nike -marca que vestía a la seleçao- para el país sudamericano.

Rosell tiene abierto otra causa judicial que es fruto de una querella que Jaume Roures, directivo del Grupo Mediapro, interpuso contra él por espionaje industrial, alegando que había ordenado espiar su correo electrónico entre 2009 y 2011.