El Céltiga cumplió con lo que tenía que hacer ayer para apurar sus opciones de mantenerse en la Tercera División, y lo hizo, goleando a un Castro que apenas creó problemas, pero los isleños necesitaban que el vecino Ribadumia fallase, algo que no ocurrió. Tan solo durante unos minutos, los de Edu Charlín vieron como los resultados le favorecían para mantenerse en la categoría, pero el segundo tanto de los aurinegros cercenó esa posibilidad, y si no lo remedia un ascenso de Deportivo B, Rápido de Bouzas, Cerceda o Bergantiños, el Céltiga dará con sus huesos en la Preferente por el arrastre.