San Antonio devolvió a Houston el sonrojo con el que arrancó la serie. De aquel humillante 99-126 inicial en casa de los Spurs a este sonrojante 75-114 con el que el conjunto de Popovich selló su pase a semifinales y saldó cuentas pendientes. Sin Kawhi Leonard ni Tony Parker, ambos lesionados, fue LaMarcus Aldridge (34 puntos y 12 rebotes) quien tiró de su equipo hasta completar la faena (4-2). Pau Gasol colaboró con 10 tantos y 11 capturas. Los Spurs vuelven a una final de la Conferencia Oeste, después de un paréntesis de dos años, donde ya unas fechas que los invictos Warriors esperan.

Ante las notables ausencias de su equipo, Aldridge dio toda una exhibición frente a los Rockets por segundo partido consecutivo al conseguir doble-doble de 34 puntos y 12 rebotes. Junto al pívot, el escolta Jonathon Simmons, nativo de Houston y elegido por el técnico Gregg Popovich para sustituir a Leonard, ejerció de factor sorpresa con sus 18 tantos.

Pero sería Pau Gasol, el hombre clave de los Spurs en el liderazgo del juego y presencia dentro de la pintura, al conseguir otro doble-doble de 10 tantos y 11 rebotes. Pau, que llega a unas finales de conferencia por primera vez en siete años, fue el que estableció el ritmo de juego y dio tranquilidad y consistencia a las acciones de los Spurs en los 30 minutos que disputó.

El eterno entrenador de los Spurs de San Antonio, Gregg Popovich, dijo sentirse feliz por haber superado la semifinales de la Conferencia Oeste y destacó la gran labor del ala-pívot LaMarcus Aldridge, Pau Gasol y del resto del equipo, sobre todo en defensa.