La llegada, la capacidad goleadora y la precisión en un tiro desde fuera del área de Saúl Ñíguez doblegaron al Eibar y resolvieron la victoria del Atlético de Madrid, peleado con el gol hasta entonces y con sufrimiento hasta el final, pero ya a un solo punto de asegurar el tercer puesto en la Liga.

A la espera del enorme desafío del miércoles en las semifinales de la Liga de Campeones contra el Real Madrid, el equipo rojiblanco ya roza su objetivo primordial: la clasificación directa para la fase de grupos del máximo torneo europeo por quinto año seguido. En duda hace unos meses, ahora le basta con un empate en dos partidos.

Porque este sábado superó un duelo exigente. Enfrente, la sólida estructura del Eibar, un bloque que sabe a lo que juega, que tiene claro cuándo y dónde debe presionar, cuándo y dónde debe replegarse. Y le costó hasta que Saúl acertó después de desperdiciar un puñado de ocasiones hasta ese momento.