César Iglesias comprende perfectamente lo sucedido ante el TSK Rehab Merkezi: lo técnico, lo táctico y lo emocional. El entrenador lamenta que ciertas dificultades de comprensión por parte de sus jugadores convirtiesen en un lastre algunos acontecimientos en principio positivos, como que la principal baza ofensiva del equipo rival se cargue pronto de faltas. "Es un partido que no habíamos visualizado. Hacemos un buen partido hasta que se va por faltas Mustafá, su mejor hombre. El guion era perfecto. Pero no sabemos salir de ese guion. Salen con sus puntos bajos, nos presionan arriba, la referencia ya no es Musfatá, varios jugadores empiezan a asumir y nos sabemos leer cómo tenemos que defenderlos y cómo atacarlos".

Iglesias también lamenta los tiros sencillos que no se acertaron: "Hicimos un buen trabajo de transición y contraataque. Pero no supimos definir, un poco por el ambiente y los nervios. Fallamos acciones fáciles de Julio, Agustín o Manuel, que tiene 17 años y por supuesto se le permiten. Eran acciones claves para matar el partido, cogiendo la renta mucho antes. Si esto sucede, al final te complicas la vida, como ha sucedido".

Ahora ya se mueve en terreno conocido. Maneja referencias amplias sobre el estilo del Rhin River Rhinos Wiesbaden. Advierte que la envergadura de algunos jugadores como la canadiense McLaghlan no es lo único de lo que preocuparse: "Ellos tienen también jugadores de velocidad. Pueden hacer dos juegos diferentes, uno con presión a toda pista. Es quizás el equipo que mejor juega. Son difíciles de leer, intercambian posiciones, cambian su ataque en cada ocasión. Contra los alemanes se necesita mucha comunicación en defensa, que no te ganen ventajas fáciles y estar pendiente de las ayudas. Y luego practicar nuestro juego: defender, correr, coger "man out" y estar mejor que hoy en ataque encontrando a nuestras referencias".