Con una sonrisa y la alegría de haber cumplido con el objetivo que se había marcado la expedición Compromiso por la Tierra, Chus Lago y Verónica Romero llegaron a Peinador (Rocío se quedó en Madrid). En ese escenario les esperaban familiares y amigos, en una escena que se ha repetido en años precedentes. Volvían de Canadá después de recorrer 200 kilómetros de travesía en el casquete polar de Barnes, en la isla de Baffin. Fueron 18 días agotadores, "pero que merecieron la pena". "Todo sea por alertar del profundo cambio climático que se está produciendo en el planeta", repiten las tres con insistencia. En sus rostros se refleja el cansancio, pero también el deseo se seguir con esta aventura.

"Fue difícil, pero al mismo tiempo gratificante", dijo Chus Lago con el ramo de flores que le entregaron a su llegada. Atrás quedaban las temperaturas de 35 grados bajo cero que debieron soportar o también la gripe que afectó a dos componentes de la expedición en los primeros días y que les obligó a realizar un esfuerzo extra. La alpinista viguesa reconoce que "eso queda para la historia. Lo importante era cumplir. Y lo hicimos".

Las tres sumaron esfuerzos en "unas jornadas de convivencia complicadas". No hubo días de descanso y los peligros acechaban en muchos lugares. Las tormentas o las grietas en el hielo se convertían en grandes enemigos. "Había que estar muy concentradas y atentas. La verdad es que había riesgo, cierta tensión. Pero ante dificultades siempre salía el lado optimista de cada una". Y las tres resaltan que "fue una experiencia inolvidable e imposible de describir con palabras".

Las viguesas se mostraron sorprendidas sobre el desgaste del casquete polar. Chus Lago desvela que "una cosa es lo que te cuentan. Otra lo que ves. Y se nota. También hablamos con los habitantes de esos lugares. Ellos lo perciben todos los días. Parece increíble pero es real. Todos debemos concienciarnos del gran problema que tiene el planeta en la actualidad".

Acostumbrada a grandes e importantes desafíos, Chus Lago se muestra decidida a seguir cumpliendo retos. Después de una gran trayectoria como alpinista, su compromiso con el medio ambiente es inmenso. Sus palabras se entrecortan, en parte por el cansancio y también por la emoción. Pero resalta que "hemos sido la primera expedición española de mujeres al casquete polar. Por eso nos llaman polemistas. Suena bien". Otros países, con más compromiso con este tipo de aventuras, realizan desafíos idénticos todos los años.

Chus Lago, Verónica Romero y Rocío García también tuvieron que realizar otro esfuerzo suplementario. El viaje de regreso comenzó el pasado sábado. Llegaron a Peinador ayer por la tarde. "Un poco pesado, sí, pero nada comparado con lo que hicimos", dicen con media sonrisa. Y en ese trayecto tuvieron tiempo para detenerse en Madrid. Allí se fueron al Consejo Superior de Deportes, donde les recibió José Ramón Lete Lasa, el presidente del organismo que apoyó esta iniciativa. "Nos felicitó, se mostró contento por lo logrado y nos animó a seguir", desveló Chus Lago. Y por ese motivo ya han puesto su mirada en el nuevo reto, que está todavía por concretar. Sin embargo, los ojos se han puesto en Groenlandia

"No sabemos ahora mismo el lugar exacto ni tampoco tenemos realizado el proyecto. Nuestra idea es ir las tres y recorrer 700 kilómetros. Pero todo esto se encuentra en fase de estudio", desvela Chus Lago. La viguesa ya ha estado tres veces en ese escenario, pero siempre en solitario. Ahora irá acompañada. Al respecto indicó que "no puedo tener mejores compañeras. Se apuntarán seguro".

Las tres iniciaron ayer una nueva etapa. Tocaba descansar, "estar con la familia" y recuperarse de un intenso esfuerzo. Fueron muchos días, concentrados también con alguna dosis de tensión, exigentes entrenamientos y una gran capacidad de trabajo. "Seguiremos haciendo este tipo de iniciativas. Eso seguro. Mientras la fuerzas aguanten. Pero siempre estarán unidas al medio ambiente. Los deportistas, sobre todo los montañeros, sabemos mucho de eso y tenemos la obligación de hacer visible lo que ya es un problema muy grave", dice Chus Lago. Con sus mochilas, sus rostros de cansancio, los abrazos de todos y el reconocimiento en forma de aplausos, Peinador acogió la llegada de tres aventureras que no tienen previsto descansar mucho en el futuro.