Real Madrid y Barcelona protagonizan esta noche un Clásico que puede ser decisivo para la Liga. El conjunto blanco, lanzado tras superar al Bayern, tiene la oportunidad de dejar a seis puntos al Barça, segundo clasificado. Los azulgrana llegan heridos tras su eliminación europea ante el Juvnetus y con la obligación de ganar para mantener vivas sus aspiraciones al título. Neymar, sancionado, está bajo el foco. El club catalán ha lanzado un órgano al TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) y se ha llevado a Madrid al brasileño. El Barça recurrió el viernes por la tarde al TAD para lograr la cautelar (que permitiría a Neymar jugar), pero el organismo no se reunió ayer, por lo que, al cierre de esta edición, no había resolución oficial.

Neymar al margen, el Clásico vuelve a centrar las miradas del mundo. El Real Madrid tiene en su mano dar un paso de gigante para volver a reinar en la Liga, en un escenario soñado y ante su gran rival. Vuelve Bale, recuperado de su séptima lesión de sóleo, lo que obliga a Zidane a decidir. Apostar por el galés le obliga a regresar al 4-3-3 y a volver a mandar al banquillo a Isco, que está en un momento excelente. También Marco Asensio ha presentado con brillantez su candidatura a la titularidad. Bale es la gran duda por despejar de su equipo titular, que llega con Ramos y Nacho como únicos centrales, ausentes por lesión Varane y Pepe. Navas estará en la portería y Marcelo y Carvajal en los laterales. Casemiro, Kroos y Modric son indiscutibles en la medular; Benzema y el enrachado Cristiano Ronaldo, arriba.

Al Barça solo le sirve la victoria en el Bernabéu. Ganar y esperar o perder y despedirse de la Liga. No tiene ningún margen de error en casa del gran enemigo, donde buscará apurar sus opciones en el último clásico de Luis Enrique como técnico azulgrana. Su irregularidad le ha llevado a este punto. Sus resultados, especialmente como visitante, le han conducido al límite. En el clásico se disiparán prácticamente todas las dudas. Tienen tres puntos y un partido menos que un Real Madrid que aún tiene pendiente su choque contra el Celta.

Saben los barcelonistas que están ante su única oportunidad, justo unos días después de haber quedado eliminados de la Liga de Campeones, por lo que necesitan superar este mal momento para no quedarse únicamente con la Copa del Rey como objetivo del curso. Será especial el partido para Messi, que hace tres años que no marca al Real Madrid -la última vez que lo consiguió fue el 23 de marzo de 2014 cuando consiguió un triplete en el 3-4 logrado por el Barça del Tata Martino-, pero que sigue siendo el máximo goleador de los clásicos con 21 tantos en 33 duelos, tres más que el mítico Alfredo di Stefano. Messi tiene que volver a liderar a un alicaído equipo azulgrana, que tendrá que improvisar una delantera ante la previsible baja de Neymar.

Luis Enrique maneja dos dibujos tácticos. Podría recuperar el 3-4-3, después de jugar con 4-3-3 ante el Juventus, o bien repetir el experimento fallido ante los italianos. En el primero de los casos, volvería a contar de inicio con Mascherano, quien acompañaría a Piqué y Umtiti. En la línea de cuatro, situaría a Busquets como medio centro por detrás de Rakitic, Iniesta y André Gomes. En la delantera, Alcácer podría acompañar a Messi y Luis Suárez o incluso Sergi Roberto de falso extremo por la derecha. Si se decide por el 4-3-3, volvería a contar con dos carrileros (Sergi Roberto y Alba); un trío clásico en el centro del campo (Busquets, Rakitic e Iniesta), mientras que Alcácer podría acompañar a Messi y Suárez. También existe otra variante, con la posibilidad de que Iniesta juegue más adelantado y Andrés Gómes como centrocampista. Madrid-Barça por el título de Liga en un Bernabéu a reventar.