El Kaleido Universidade de Vigo clausura la temporada este sábado (16.30). Cita atractiva, aunque proteger la octava plaza del acoso del Eibar constituya el único objetivo clasificatorio para los vigueses. El CRAT, séptimo, visita As Lagoas. El derbi clásico, el de los dos principales clubes gallegos, que se han alternado en el dominio del rugby moderno del país, aunque en esta campaña los haya destronado el Campus Ourense, que probablemente finalice quinto.

"Acabar ganando contra el CRAT siempre nos daría un cierre de temporada bastante más alegre", acepta el director deportivo del Vigo Rugby, José Ángel Martín Tello "Trosky". El entrenador, Norm Maxwell, entiende cada partido como un acto único en sí y no duda del entusiasmo de la plantilla. "Mi deseo es que el equipo recuerde todas las lecciones que nos ha enseñado esta temporada y deje los nervios a un lado para realizar un partido completo. Me encantaría ver a los jugadores disfrutar y que todos se apoyasen entre sí durante los 80 minutos. Y que gane el mejor", sentencia.

El Kaleido llega escaso en alternativas. Fito sufre rotura de fibras. Maka Tatafu sigue de baja. En Durango se lesionó Koldo Barandiaran, un centro fichado a principios de 2017 y que había rendido de forma muy satisfactoria. "Las bajas nos han pesado mucho este año", destaca Trosky en su balance. "Tuvimos una época justo en Navidades en la que sufrimos seis o siete lesiones que en una plantilla joven y corta nos afectaron mucho. Ha sido una temporada irregular. Hemos sido capaces de ganar al segundo clasificado y de perder con el último", resume.

Maxwell coincide con ese dictamen. El Kaleido, que en el arranque dio la impresión de poder mantenerse a rebufo de Colina Clinic, Bera Bera o Zarautz, se desmoronó después hasta temerse el descenso. Y en la situación más estresante reaccionó, garantizándose un final tranquilo. "Hemos experimentado muchos cambios en nuestra segunda temporada de reconstrucción", conviene el neozelandés. "Estamos trabajando con un número limitado de jugadores. Esto significa que cada lesión o ausencia tiene un gran efecto en la consistencia de los entrenamientos, lo que se refleja en nuestra consistencia en los partidos".

También Maxwell menciona esos dientes de sierra en la trayectoria: "Hemos jugado un gran rugby emparejado con otro rugby no precisamente tan grande. A nivel individual siento que muchos jugadores han experimentado una notable mejoría. Esto es algo maravilloso para un entrenador". Y destaca: "Me siento realmente orgulloso de que el equipo, cuando la temporada se puso realmente difícil, permaneció en pie y jugó su mejor rugby para ganar los partidos importantes. Me queda una sensación positiva de la campaña. Con un poco más de suerte y un poco más de entrenamiento podríamos haber quedado más arriba en la tabla".

La construcción del próximo proyecto ya se ha iniciado. "Estamos planificando la siguiente temporada", confirma Trosky, que anticipa que algunos jugadores como Alberto Silla dudan si seguir. Otros están pendientes de asuntos laborales. Entre las certezas se cuenta que el incombustible De Cabo, ya sobrepasados los cuarenta, seguirá un año más.

Maxwell quiere continuar al frente del conjunto y avanza alguna línea en su estrategia, como mejorar el poderío físico. "Mi plan es quedarme en Vigo y que continuemos creciendo", afirma. "Creo que un buen trabajo de pretemporada para ganar músculo y potencia nos ayudará a avanzar, porque la forma física ha sido un problema en muchos partidos. Somos un equipo joven. Con mucho compromiso y algo más de fortuna, podremos jugar un gran rugby la próxima temporada".

Será otro año que se entiende como de transición. Atrás queda aquel equipo con jugadores de toda Galicia, y sustentado sobre los fichajes extranjeros, que abrió la división de Honor al rugby gallego. El regreso a la máxima categoría se plantea como un reto a medio o largo plazo y sobre una base bien diferente. "Estamos en fase de esperar un mayor volumen de jugadores de la casa y cuando suceda igual nos podemos plantear otras cosas", evalúa Trosky. "Estamos bien donde estamos, intentamos quedar lo más arriba posible pero será complicado aspirar a algo más".

La esperanza depositada en las nuevas generaciones tiene sustancia. Trosky resume: "El equipo sub 18 es probable que acabe campeón de Galicia; el equipo sub 16, también; los dos equipos sub 14 estarán ahí. Esperamos que al menos un par de sub 18 ya puedan aportar al primer equipo el próximo año. Y en dos o tres años se notará un mayor volumen. Llegarán más jugadores y con más tiempo de rugby en su aprendizaje".