"Es una experiencia distinta a lo vivido aquí y que además me dará la oportunidad de ser primer entrenador, que es algo que estaba deseando", afirma Miguel Álvarez de su fichaje por el Thinadhoo de la Liga de las Maldivas. El técnico, nacido en Verín pero afincado en Vigo, viajará el viernes al país asiático para incorporarse a una escuadra de que la que admite no saber demasiado. "La oferta me llegó por un agente con el que ya fui a Arabia Saudí. Llevábamos un mes negociando y por fin hemos alcanzado un acuerdo", señala.

Lo que sí sabe Miguel Álvarez es que en las Maldivas le espera un sistema de competición diferente que comienza con las eliminatorias locales para dar con un ganador que se enfrentará al vencedor de otras localidades. El premio último es obtener el pase para disputar la Liga de Campeones de la AFC, la denominada Champions League de Asia. "No sé el nivel de los jugadores. Me lo imagino similar a un equipo de Segunda B, aunque el club está dispuesto a incorporar a jugadores extranjeros", relata el técnico gallego. Miguel Álvarez no será el primer español en emprender esta aventura. En 2014 el exjugador del Real Madrid Ángel Pérez García dirigió durante un par de meses al New Radiant, conjunto hegemónico en la competición doméstica del archipiélago de las Maldivas, formado por más de un millar de islas.

A sus 34 años, Álvarez volverá a coger un avión para irse a miles de kilómetros de distancia a hacer lo que más le gusta, entrenar. "En el aspecto deportivo es muy interesante, pero a nivel personal es complicado porque mis hijas son pequeñas y te pierdes cosas, pero el que quiere algo, algo le cuesta. Y aquí las cosas están muy complicadas", afirma. Su contrato se extiende hasta el 31 de marzo de 2018 y a partir de ahí decidirá hacia dónde enfocar su futuro profesional. Y es que su única experiencia en un banquillo español en los últimos años fue la del Rápido Bahía, hace un par de temporadas, cuando el conjunto morracense militaba en la Preferente Autonómica Sur. El preparador vigués estuvo tres meses en la campaña más convulsa que se vivió en Aldán, con hasta ocho entrenadores diferentes en la misma temporada.