El Molinón volvió a acoger ayer a una gran representación del celtismo. Alrededor de seiscientos aficionados del equipo vigués se dieron cita en Gijón, donde coincidieron con el alcalde de Vigo y la presidenta de la Diputación de Pontevedra. Abel Caballero se sumó a todas las fiestas que la afición del Celta montó en cada esquina de la ciudad asturiana antes de trasladarse al estadio.

Las redes sociales se llenaron de fotografías y de vídeos con seguidores del Celta por las calles de Gijón, muchos de ellos ataviados con disfraces. La fiesta del fútbol se mezcló esta vez con el carnaval y el celeste tomó formas más caricaturescas que de costumbre.

Horas antes del partido, a las inmediaciones de El Molinón comenzaron a llegar grupos de las numerosas peñas del Celta que no se quisieron perder el segundo desplazamiento más corto de la temporadda. El autobús del equipo vigués fue recibido como si estuviese en Balaídos, ante la sorpresa de los jugadores de Berizzo.

Y la fiesta continuó en el estadio, que presentó una gran entrada. Casi 25.000 espectadores sobre un aforo total de 30.000.