El Leganés jugó su mejor partido de la temporada en el día más oportuno y golpeó sin piedad (4-0) a un tocado Deportivo, que desde ahora se mete de lleno en la lucha por la permanencia y seguramente ha sentenciado a su entrenador.

Necesitaron ambos equipos los primeros minutos para asentarse sobre el verde y pensar solo en fútbol para dejar de lado todo lo que había en juego. Lo consiguió antes del Deportivo, impulsado por Kakuta.

El futbolista francés dibujó primero una gran acción individual antes de filtrar un pase al que no pudo llegar cómodo Joselu. Poco más tarde fue él quien puso el broche de cabeza a un gran centro de Juanfran, pero Herrerín desbarató como pudo el intento, exhibiendo reflejos sobre la misma línea.

Entendió entonces el equipo anfitrión que vivir con el miedo metido en el cuerpo no era propicio para sus intereses y probó a soltarse en ataque liderado por Nabil El Zhar y Alexander Szymanowski.

Los extremos, en movimiento constante, eran incontrolables para la defensa rival y juntos fabricaron el primer tanto. La asistencia desde la derecha llevó el sello del marroquí y el remate acrobático a bote pronto, la firma del argentino. Por primera vez en lo que va de 2017 el Leganés se adelantaba en un choque y la inyección de adrenalina tuvo continuidad con el segundo tanto. Protagonista en la génesis de nuevo El Zhar, quien se paseó de esquina a esquina en la frontal del área sorteando rivales antes de que su disparo acabara en córner. El saque lo ejecutó Szymanowski y llegando desde atrás, con rabia y fe, lo cabeceó el capitán Martín Mantovani. Solo el pitido del árbitro para mandar a los contendientes al túnel de vestuarios cortó la hemorragia gallega.

Asomó el Deportivo tras la pausa con dos caras nuevas, las de Luisinho y Andone en lugar de Mosquera y Kakuta. También con esperanzas de remontada. La mezcla aportó cierta intensidad al conjunto gallego.

Estaba el duelo abierto, pero lo rompió definitivamente Albentosa sacando el codo a relucir en una acción con Guerrero. Con diez y todo en contra, los aficionados coruñeses comenzaron pedir la salida de su entrenador desde la grada.

No acabó ahí el calvario visitante, ya que los madrileños se darían el lujo de marcar dos goles más, uno de Unai López y otro de Bueno. Ambos bonitos y semejantes, rematando sus autores dentro del área sendos centros desde la derecha. El Deportivo, una ruina en toda regla.