- El maratón de Nagoya, el 12 de marzo, ¿será el último para Alessandra Aguilar?

- Lo más seguro es que sí. No puedes decir que es el último porque nunca sabes, pero a priori será el último en cuanto a competir a alto nivel. Nunca se sabe. En principio el último era el de los Juegos de Río, pero luego surgió esta oportunidad y ya que Río fue como fue, pues esta es una de esas oportunidades que se presentan que no las puedes dejar pasar. Y me dije, pues mira, a ver si terminamos mejor que en Río.

- ¿Para sacarse esa espinita de su abandono en los Juegos?

- Sí. Es una manera de despedirte de otro modo.

- Han sido ocho años dedicada en cuerpo y alma al maratón...

- Con este serían ya nueve. Empecé en 2008, que hice mi primer maratón, para clasificarme para los Juegos de Pekín. Y desde ese han sido ocho años de preparación. Un año llegué a preparar tres. Enlazando campeonatos, siempre pensando en una marca, un récord, un puesto?

- ¿En Nagoya será diferente?

- Es un maratón en el que quiero hacerlo bien y he estado entrenado. Hemos hecho una preparación un poco diferente a las anteriores porque esta ha sido más corta, pero ha sido una buena preparación; aunque la verdad es que las ganas son de hacerla por y para mí. Quiero correr bien pero no marcarme un objetivo de una marca. Que la carrera es lenta y vamos todas en grupo, pues me da exactamente igual en lo que pare el crono. Un maratón para mí, para disfrutarlo y para correr sin presión y para disfrutar al máximo de la carrera y de lo que ha sido la preparación.

- ¿La cita de Nagoya fija entonces la fecha de su retirada?

- Lo que sé es que el verano va a ser diferente. No es que me retire. Todavía no pienso en la retirada, pero necesito un verano diferente, en el que no tenga que estar pensando en un objetivo y en el que pueda desconectar mentalmente. Disfrutar de otras cosas, vivir el verano de otra manera. Luego, no lo sé. Todavía en mi mente no está el pie fuera del atletismo. Igual después del verano llega la temporada de septiembre y vuelvo con fuerzas y voy a por el Europeo o igual me centro solo en el cross y en carreras de ruta pero eso no lo puedo decir porque no lo sé. Lo que sí es cierto es que cada vez está más cerca la retirada. Ya voy para 39 y un día va a llegar...

- ¿Ha menguado su ilusión, sus ganas?

- Ilusión, fuerzas y ganas tengo y encima el cuerpo me responde. Tengo alguna molestia, pero si el cuerpo no me respondiera bien? Lo que sí que es cierto que ya vas llegando a una edad en la que otras cosas empiezan a primar un poco más. Ya ves más cerca tu mundo laboral, tu vida familiar. Ya te apetecer vivirlo de otro modo.

- El atletismo la ha obligado a una dedicación exclusiva...

- Sobre todo cuando estaba con el maratón. Pero he tenido mucha suerte con mi marido y con mis amistades, que siempre me han apoyado y lo han entendido perfectamente. Eso ha hecho que fuera fácil. De lo contrario no hubiera podido estar lo que he estado.

- ¿Y el Mundial de Londres? Será raro no verla en la lista de seleccionados...

- Cuando la gente me pregunta si no voy a Londres; primero, para ir me tendría que haber ganado la clasificación. No tengo ni marca ni nada. Pero aunque me saliera una marca para ir a Londres, lo que yo quiero es tener un verano diferente. Necesitaba desconectar, descansar y cargar pilas. Vivirlo de otra manera.

- ¿Y después del verano?

- Quiero empezar a pensar en el futuro laboral. Ahora doy clases particulares, pero si me salieran horas en un cole, o en una escuela de atletismo... Son cosas que antes no hacía y ahora pienso ya en ir integrándolas en mi vida.

- A pocos días de ese posible último maratón, ¿piensa en esos ocho años recorridos hasta llegar aquí?

- Para mí han sido ocho años increíbles. Me siento muy afortunada por haber podido dedicarme a lo que me gusta y me apasiona y por haber conseguido lo que he conseguido. Me ha dado tantas cosas? El atletismo ha sido mi vida. Echo la vista atrás y sonrío. Me da pena pensar que se acabe, pero me llena de orgullo y emoción haber hecho todo lo que he hecho.

- Parece que prepara una lenta transición hacia la retirada.

- Es un proceso, como todo en la vida, que hay etapas. Ahora tengo ganas de afrontar proyectos que antes veía lejanos. Ahora tengo ganas de hacerlas y antes ni me las planteaba. Cuando llegue ese momento para mí me quedaré con todo lo increíble que he vivido en el atletismo, con las cosas buenas que me ha traído y con todo lo que he aprendido.