A Mirolad Ratkovic le apasiona el fútbol desde distintas perspectivas. Ocupa un despacho, pero también ejerce en el campo. Lo demostró en campus de Veliko Gradiste. El que fuera uno de los jugadores más carismáticos del club vigués en su historia vivió una experiencia nueva en Serbia, su país de origen.

- ¿Cómo ha sido su experiencia en el capus de Veliko Gradiste?

- En enero hicimos la presentación del campus en Serbia y desde el primer momento vimos el enorme interés que despertaba entre los anfitriones, el ayuntamiento y el club así como la prensa. El día 6 de febrero empezamos con mucho entusiasmo e ilusión por saber lo que nos esperaba. Yo podía saber más o menos lo que íbamos a vivir pero para los otros monitores era la primera vez que viajaban a Serbia y ellos mismos tenían sus inquietudes sobre qué era lo que nos íbamos a encontrar allí. Desde el primer instante que comenzamos a trabajar nos hemos encontrado con una respuesta tremenda por parte de los chicos de todas las edades.

- ¿Conocían al Celta antes de empezar la actividad?

- Claro. Serbia es un país con mucha cultura deportiva. Es un país con gran seguimiento del fútbol en España. Durante el campus hacíamos juegos con los chicos en los que les hacíamos preguntas sobre el fútbol español y todos supieron responder perfectamente.

- Usted fue responsable de las escuelas de la Fundación Celta hace unos años, pero actualmente no realiza esa labor. ¿Cómo ha sido volver a enseñar?

- Me lo tomé con mucho entusiasmo y, conociendo la mentalidad de la gente de Serbia, tenía mucho interés en conocer la respuesta de ellos ante esta actividad. Me gustó mucho ver su forma de atender, de escuchar y de interesarse. Volver a trabajar en Serbia ha sido una experiencia personal maravillosa. Me he visto a mi mismo cuando era pequeño. Fueron unas sensaciones muy bonitas desde el primer día.

- ¿Cuál era el nivel de los participantes?

- Estaba mejor de lo que nosotros esperábamos. Había un nivel bastante bueno, a lo que se le unieron las ganas de aprender y la ilusión que ponían en cada entrenamiento. Fue una sensación tan agradable que no nos importaba el tiempo que estábamos con ellos. Estábamos tan a gusto que el tiempo nos volaba.

- ¿Cómo es trasladar la metodología de A Madroa a un país tan distinto como Serbia?

- Ha sido muy fácil porque el idioma del fútbol es el mismo en todas partes del mundo. La gente que enseña y la gente que quiere aprender se entiende fácilmente y nos hemos encontrado con gente maravillosa y con una gran cultura del deporte y un altísimo nivel competitivo. Ellos querían ver cómo se trabaja en España ya que para ellos es un espejo en el que mirarse y fijarse para aprender y mejorar. Nosotros no hemos tenido ni la más mínima dificultad para trasladar nuestros conocimientos porque los chicos estuvieron siempre muy receptivos y muy motivados con los entrenamientos.

- ¿Cómo ha sido para usted volver a entrenar en su país?

- Me gustó muchísimo. Tuve un gran entusiasmo por todo lo que llevábamos preparado y para mi ha servido para cargar pilas esta experiencia. Estoy extremadamente satisfecho con todo lo que hemos hecho y con una visión de futuro impresionante.

- ¿Qué potencialidades tienen este tipo de proyectos?

- Todo esto tiene un enorme futuro. Ya nos han manifestado su predisposición a seguir desarrollando nuevas actividades cuanto antes. Antes de acabar los chicos ya nos preguntaban cuándo íbamos a volver y los organizadores e incluso el alcalde de la ciudad de Veliko Gradiste mostraron su satisfacción por la actividad y su deseo de seguir colaborando. Seguramente se organizarán campus en verano ofreciendo más opciones a los participantes, que estaban tan emocionados con la actividad que aún a día de hoy seguimos recibiendo sus muestras de cariño a través de mensajes pidiéndonos que regresemos. Es para emocionarse.

- ¿Además de una experiencia formativa se podría considerar una experiencia vital?

- En todos los sentidos. Ellos seguramente hayan aprendido algo de nosotros, pero nosotros hemos aprendido con ellos. El entendimiento, el respeto y la forma en que nos acogieron nos han dado tan buenas sensaciones que tenemos que seguir en esta línea de trabajo.