Hay encuentros que se resuelven en pequeños detalles, esos que siempre suelen favorecer a los equipos con mayor calidad en sus filas. Eso fue lo que pasó ayer en A Lomba, un patatal en el que el Arosa se acabó imponiendo en un duelo de rivalidad con el Céltiga gracias a una acción aislada de Fran Monroy, cuyo disparo se acabó envenenando por causa del mal estado del césped para dejar a los isleños sin un punto que se habían merecido.

El encuentro comenzó con un Céltiga muy bien plantado en el campo, provocándole muchos problemas al Arosa en la presión. Los arlequinados sufrían en la salida de balón, con muchas imprecisiones en la medular que permitían a los isleños recuperar el balón lejos de su portería. Fruto de ese esfuerzo llegó la primera ocasión visitante en un error del meta Lloves, al que le robó la cartera Luis Alberto, pero el disparo de este a puerta vacía acabó siendo interceptado por Pablo Rivas.

Pese al dominio isleño, la ocasión más clara fue para los locales en el minuto 6. En una salida de balón, el central Carlos vio como Sylla le robaba el balón siendo el último hombre. El delantero senegalés se plantó solo ante Marcos Bermúdez, y con todo a su favor para fusilar al portero, Sylla envió el balón fuera ante la desesperación del público local.

El Céltiga volvió a salir mejor tras el paso de vestuarios, ahogando la medular arlequinada, a la que le impedían tocar con tranquilidad y anulando a un hombre de la calidad de Sergio Santos. La primera ocasión del segundo tiempo volvió a ser de los isleños, en un cabezazo de Estefan que se fue por encima de la portería defendida por Lloves. Pero a medida que iban pasando los minutos, el Arosa comenzó a sacarse la presión, lo que le permitía rondar la meta de Marcos Bermúdez con cierto peligro.

En el minuto 80, cuando Fran Monroy caracoleó por el borde del área antes de soltar un disparo seco que se coló en la meta de Marcos Bermúdez, cuya estirada resultó inútil Era el 1-0 que el Céltiga trató de neutralizar con un disparo de David Castro.