El Club Vigo se despidió de sus aficionados con una dolorosa derrota ante el Boiro en un encuentro en el que solo se jugaban la honra pero en la que los visitantes tenían la posibilidad de meterse en la pelea por el ascenso.

El partido resultó muy equilibrado, pero los tres sets, resueltos en pequeños detalles, cayeron del lado del Boiro por los fallos puntuales que los de Suso Penedo comentieron en los momentos decisivos de cada uno de los parciales. Porque la diferencia en el marcador no tiene nada que ver con lo sucedido realmente en el pabellón de Coia.

En el primer parcial, tras el 20-20, los vigueses se dejaron llevar por los nervios y el inicio de una serie de errores que les llevaron a perder el set por ese apretado 22-25.

La historia fue muy similar en los otros dos parciales en los que tuvieron opciones los vigueses, pero siempre llegaron a finales igualados de set en los que el Boiro tuvo más acierto o templó mejor los ánimos.