Gareth Bale volverá a jugar con el Real Madrid 94 días después de caer lesionado, en principio en la segunda parte frente a un Espanyol que quiere romper 21 años de sequía en el Bernabéu y ante el que Zinedine Zidane medirá esfuerzos con rotaciones. El desgaste en el regreso de la Liga de Campeones para remontar al Nápoles, en una de las mejores versiones madridistas del curso, pasa factura en la Liga y Zidane apuesta por las rotaciones. El líder modificará su cara ante el Espanyol.

Sin Sergio Ramos, tocado en la cadera derecha por un golpe, el técnico francés sumó a la lista de ausencias de titulares indiscutibles al costarricense Keylor Navas, el croata Luka Modric y el francés Karim Benzema. Le llega la oportunidad a Álvaro Morata, a quien la falta de minutos le ha rebajado el protagonismo y aumentado el deseo de cambiar su situación.

Serán novedad también de inicio la vuelta a la portería de Kiko Casilla, a quien se le redujeron las opciones con la eliminación copera, la entrada del portugués Pepe en el centro de la zaga, con opciones incluso para Nacho, más Isco Alarcón cubriendo a Modric y Lucas Vázquez completando el tridente ofensivo.

Se espera la reaparición de Bale en la segunda parte en un día en el que de momento no podrá volver a juntarse la BBC. Al Espanyol le tiene tomada la medida el portugués Cristiano Ronaldo. Es una de sus víctimas preferidas.

El Espanyol, por su parte, suma más de dos décadas sin ganar al Real Madrid en su estadio, una dinámica que intentará reconducir y, de paso, regresar a la senda de los buenos resultados tras la última derrota en Cornellà-El Prat contra la Real Sociedad.