La cita era a las 8 de la mañana. Cerca de 700 aficionados esperaban en el entorno de Balaídos para tomar alguno de los 13 autobuses que los llevarán hasta Vitoria para vivir una jornada histórica: el último escollo antes de la ansiada final de la Copa del Rey.

FARO se ha acercado hasta el estadio vigués para vivir con los aficionados los momentos previos a la su partida hacia tierras alavesas.

La flota celeste arrancó motores a las 8.15 horas, tras una subida a los autocares que se desarrolló con plena normalidad y sin incidentes. El nerviosismo y la ilusión marcan el ambiente. Por delante, muchas horas de carretera que llegarán a su culmen con el pitido de inicio del partido en Mendizorroza, a las 21 horas.