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Dos años de la resurrección del Toto

Berizzo salvó el trabajo el 30 de enero de 2015 tras una protesta insólita a Teixeira Vitienes

Berizzo, ayer, bromea con Lemos, junto a Aspas y a Iván Villar. // Ricardo Grobas

Eduardo Berizzo vive su mejor etapa como técnico del Celta, al que llegó en el verano de 2014 para sustituir a Luis Enrique Martínez. El asturiano clasificó al equipo vigués como noveno de LaLiga y se marchó al Barcelona. Berizzo tomó el relevo en el banquillo y le costó que el equipo arrancase.

El comienzo irregular del Celta en LaLiga de hace dos años puso en entredicho al argentino, que el 30 de enero de 2015 vio peligrar su puesto de trabajo y lo peleó con uñas y dientes. Es más, protagonizó un hecho insólito esa noche en Balaídos: entró en el terreno de juego para reclamarle al árbitro José Antonio Teixeira Vitienes que reconsiderase su decisión de señalar un penalti a favor del Córdoba. Berizzo le insistió al colegiado que la falta de Planas había sido fuera del área. Tras cinco minutos de protestas de ambos equipos, Teixeira Vitienes rectificó y acordó que el cordobesista Fausto Rossi había entrado en falta al zaguero céltico.

A Berizzo le costó tan insólita protesta la expulsión del campo, pero no le importó porque apenas restaban cinco minutos para concluir el partido y el tanto de Nolito le daba la victoria a su equipo.

Esos tres puntos calmaron los ánimos de los que reclamaban la destitución de Berizzo, que acabó mejorando los resultados de su antecesor. Situó al Celta octavo ese curso y al siguiente lo lanzó hasta la sexta plaza, con derecho a disputar la segunda competición europea.

El crecimiento del Celta no parece detenerse con el técnico argentino, pues el equipo es ahora octavo en LaLiga, semifinalista de la Copa del Rey por segundo año consecutivo y en breve afrontará los dieciseisavos de final de la Europa League.

Uno de los protagonistas de aquel día en el que Berizzo salvó su cabeza como entrenador del Celta, Carles Planas, pasó ayer por la sala de prensa de A Madroa para advertir de que les espera una eliminación de Copa "muy dura" ante el Alavés. No tendrá comparación, para Berizzo, con aquel Celta-Córdoba de hace dos años.

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