El Celta acaba de cerrar un mes de enero espléndido, con un balance de seis victorias, un empate y una derrota. Estos positivos resultados le han permitido alcanzar la undécima semifinal de la Copa del Rey de su historia y reducir a cuatro la diferencia de puntos con las plazas europeas en LaLiga.

El equipo de Berizzo se ha comportado en el arranque de 2017 como un fino escalador ciclista ante una cuesta de enero en la que tuvo que superar "puertos fuera de categoría" como el que representa el vigente campeón de Europa y del Mundo, el Real Madrid. Además, el conjunto celeste se impuso a rivales como el Valencia, el Málaga, el Alavés y el Leganés.

Para mayor satisfacción del celtismo, su equipo prolongó la imbatibilidad en Balaídos, con tres victorias y un empate ante una afición que celebró como un gran éxito la igualada con el Real Madrid, que suponía la clasificación para la siguiente ronda de la Copa.

Y en medio de esos éxitos deportivos, el Celta ha tenido que afrontar un grave problema disciplinario en el vestuario con el futbolista chileno Fabián Orellana -declarado transferible por el club tras ser apartado del equipo por el entrenador-, además de producirse tres movimientos en la plantilla: la marcha de José Naranjo al Genk belga y de Costas al Oviedo, y la llegada a Vigo de Jozabed.

Para afrontar un partido cada tres días, Berizzo involucró a todos sus futbolistas, a excepción del díscolo Orellana y del lesionado Claudio Beauvue. En el reparto de esfuerzos diseñado por los técnicos participaron veintidós futbolistas.

Al excelente balance de resultados de los célticos se añaden los buenos números que alcanzaron en las dos áreas: sumaron 16 goles a favor y los 7 en contra en los ocho compromisos. Ello supone alcanzar los dos goles marcados de media por partido, mientras que encajó menos de uno por actuación. Se extrae de esos datos, además, la buena nueva de que el equipo no encajó goles en dos duelos, ante el Alavés y el Leganés, una circunstancia que agradecen mucho los técnicos.

Lejos queda el día que el Celta fue considerado como mejor equipo del mundo del mes de febrero de 2001. El actual momento de los de Berizzo es muy similar. El ahora técnico ejercía entonces como defensa central del conjunto vigués.

En menos de cuatro semanas de aquel febrero de 2001, el grupo que entrenaba Víctor Fernández obtuvo la clasificación para los cuartos de final de la segunda competición europea, tras vencer a los alemanes del Stuttgart, alcanzó las semifinales en la Copa del Rey y se mantuvo firme en la parte alta de Primera.

Tras los éxitos de ese mes inolvidable, el Celta se las tuvo que ver con el Barcelona, al que superó en la Copa del Rey, pero ante el que sucumbió en el torneo continental, que acabaría ganando el Liverpool en una épica final al Alavés.

Tres lustros después, célticos y alavesistas coincidirán en la semifinal de la Copa, que arranca el jueves próximo en Balaídos (21 horas) y culmina el miércoles siguiente en Mendizorroza.

La última referencia entre ambos clubes es el duelo de Liga que se disputó en Vigo el pasado 15 de enero, de la decimoctava jornada de LaLiga. Ganaron los célticos con un tanto de Radoja en el minuto 88.

Significó el cuarto triunfo consecutivo de los célticos en 2017, que comenzó para los de Berizzo en Valencia. El 3 de enero, el Celta goleaba al equipo levantino (1-4) en el partido de ida de los octavos de final de la Copa. La vuelta en Vigo también se decantaría a favor de los celestes (2-1), que entre medias ganaron en Liga al Málaga (3-1).

Entonces, los de Berizzo tuvieron que hacer frente al Real Madrid en cuartos de final del torneo del KO. Dieron la gran sorpresa los celestes en el Bernabéu (1-2) y sentenciaron una semana después en Vigo (2-2).

Las rotaciones no funcionaron en Anoeta, donde el Celta cayó por la mínima (1-0) en Liga. El plan de jugar con la segunda formación dio sus frutos el sábado en Leganés (0-2), donde el conjunto gallego cerró un enero espléndido. A la Copa y a la Liga añadirá de nuevo en febrero la Europa League.