El Celta pagó con una derrota en Anoeta su apuesta por la eliminatoria de la Copa del Rey ante el Real Madrid. El plan b de Berizzo estuvo a punto de sorprender a una Real Sociedad que fue más comedida en las rotaciones y más diligente en recurrir al banquillo para desequilibrar un duelo igualado, con dominio alterno y ocasiones en ambas porterías. El tanto de Juanmi en el minuto 71 acabó con la racha de cinco victorias que el conjunto vigués sumó en lo que va de nuevo año, incluida la del miércoles pasado en el Bernabéu.

La ventaja que ha cobrado el Celta en la Copa ante el campeón de invierno de LaLiga (1-2) condicionó el partido de ayer en San Sebastián, al que los de Berizzo se presentaron con un once plagado de suplentes, sin piezas fundamentales como Aspas, Radoja, Wass, Mallo, Jonny o Bongonda.

La tarde amenazaba para el conjunto vigués con una repetición de lo ocurrido en Vallecas la temporada pasada. Entonces, la eliminatoria copera ante el Atlético de Madrid animó a Berizzo a llevar el plan de rotaciones al extremo y el experimento concluyó con una goleada a favor del Rayo.

Uno de los testigos directos de aquella derrota ante los rayistas fue Jozabed Sánchez, autor además de un gol ante el equipo con el que ayer debutó. El futbolista cedido al Celta por el Fulham inglés fue una de las novedades en un once que incluía además a Planas, Señé, Pape Cheikh, Rossi y Pione Sisto.

El atacante danés supo aprovechar la ocasión que le brindó Berizzo para reivindicar más minutos en el once titular de un Celta que entró sin tensión en el campo y pasó apuros para detener las embestidas de Vela, Willian José, Canales, Granero o Yuri. El orden defensivo céltico, sin embargo, redujo la peligrosidad de la Real a lanzamientos de larga distancia.

Lo mejor del Celta actual es que defiende la misma idea de juego, sin importar quienes sean sus actores. Cuando los centrocampistas ajustaron el marcaje individual en zona, sobre todo Pape Cheikh sobre Canales, el equipo de Berizzo se encomendó a la velocidad y las filigranas de Pione Sisto para buscar la portería de Rulli, a quien estuvo a punto de superar en una doble ocasión de gol que inició Rossi con una excelente asistencia. El remate de Sisto lo desvió el guardameta argentino y el rechace lo mandó alto Señé, tras rematar con la cabeza. Cuando la primera parte se moría sin goles, Vela reclamó un penalti tras un forcejeo con Roncaglia.

El Celta, no obstante, se marchaba a los vestuarios con la sensación de poder superar a un rival que quería aprovechar el empate del Atlético de Madrid en San Mamés para cerrar la primera vuelta del campeonato en la cuarta posición. La Copa, como para los célticos, también centra la atención del conjunto donostiarra, pero el 0-1 en contra con el que se presentará en el Camp Nou le concede pocas opciones de eliminar al Barcelona.

Ese escenario copero también influyó en la segunda parte del partido de ayer en Anoeta. Ninguno de los dos técnicos movió ficha en el descanso. El partido se reanudó con el mismo decorado como se inició: la Real tomó la iniciativa y Sergio Álvarez salvó un mano a mano con Vela tras una asistencia de Canales. El atacante mexicano, con pasado efímero en Vigo, lanzó contra el lateral de la red en la segunda ocasión clara de los txuri urdin en apenas siete minutos.

En el área de la Real Sociedad, Señé desaprovechó una buena ocasión ante Rulli, tras un pase al hueco de Jozabed.

El partido entró en una fase de descontrol que parecía favorecer a un Celta que se había mostrado más incisivo en ataque. Eusebio tomó ventaja a Berizzo para realizar el primer cambio. El técnico de La Seca dio entrada en el campo a una de las joyas blanquiazules, Mikel Oyarzábal.

El joven atacante de 19 años revolucionó el partido y el Celta fue incapaz de tapar su banda derecha, por donde comenzaron a aparecer Vela, Oyarzábal, Canales y Juanmi, incluso repitiendo paredes que los célticos eran incapaces de neutralizar. Intervenciones individuales de Sergio Álvarez, para evitar un remate de Juanmi, o de Fontás evitaron que la Real Sociedad se pusiese por delante en el marcador ante un Celta que recurrió entonces a Radoja.

El serbio se despistó en un saque de esquina en corto. Perdió el balón de vista y Juanmi entró por el segundo palo para rematar de cabeza un centro de Canales desde la derecha. El exfutbolista del Málaga tuvo tiempo para cruzar el balón para que no llegase el portero del Celta.

Berizzo, entonces, dio entrada en el campo a Guidetti. El sueco se inventó una asistencia de tacón para Pione Sisto que el danés no pudo aprovechar.

Cuando se entraba en los últimos diez minutos de partido, el técnico del Celta se lo jugó todo dando entrada en el campo a Iago Aspas, que se sumó a un ataque formado entonces por Sisto, Rossi y Guidetti.

El sueco estuvo a punto de marcar en el minuto 84, en un remate de tacón que se marchó rozando el palo largo de la portería de Rulli, tras un pase de un Pione Sisto que superó cuando y como quiso a su marcador, Zaldua.

Y Aspas reclamó un penalti de Yuri en el minuto 88, en la última oportunidad del Celta para salvar una jornada de Liga que estuvo condicionada por el partido de Copa del miércoles. De ello se aprovechó ayer la Real Sociedad.