El Celta acudía al campo de Covadonga con muchas lesiones, lo que obligó a David de Dios a tener que echar mano del equipo de Liga Nacional. A pesar de los cambios el equipo no cambió la cara, y desde el primer minuto de juego llevó el control del partido.

La presión ejercida en el centro del campo le permitió llegar al área asturiana con relativa comodidad, y a la media hora de juego se adelantaba en el marcador, al transformar Alberto una falta al borde del área.

El técnico vigués introdujo dos cambios al comienzo de la segunda parte, y el equipo se mostró más seguro, cortando de raíz todos los intentos asturianos por acercarse al área.

A poco menos de veinte minutos para la conclusión, Ton sentenció el partido tras una acción de José Sobrido.