La selección española de balonmano peleará hoy (20:45) contra la de Eslovenia por la primera plaza del grupo B, que le permitiría evitar a Francia hasta una hipotética final, tras imponerse por 25-29 a la de Macedonia, en un encuentro en el que los Hispanos sufrieron lo indecible hasta que las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas asentaron la defensa del equipo español.

Los "Hispanos" empezaron a encontrar pronto solución a los problemas gracias a la sobresaliente actuación del portero Gonzalo Pérez de Vargas, que con sus paradas dio el tiempo necesario para ajustar el sistema defensivo español a su continua inferioridad numérica.

Con Gonzalo como sostén, la defensa española fue cerrando poco a poco los caminos a los extremos y pivotes macedonios, lo que permitió no sólo limitar la efectividad balcánica, sino además, y quizá lo más importante, abrió la posibilidad de desplegar su juego de contraataque al equipo español.

Así a la carrera, España logró abrir a los quince minutos una pequeña brecha (5-8) que parecían encarrilar el duelo. Nada más lejos de la realidad, pues en su intento de solventar definitivamente sus problemas ofensivos, el técnico español Jordi Ribera decidió imitar a Macedonia y jugar con siete jugadores de campo en ataque.

Una fórmula que tuvo como consecuencia facilitar la remontada del equipo macedonio (8-8), que aprovecho el desconcierto español, alterado por tanto cambio, para lograr un contundente parcial de 6-1 que le situó con una renta de dos tantos en el marcador (11-9)

Esta diferencia llegó a aumentar hasta los tres goles (14-11) con la irrupción de Kiril Lazarov, que añadió a su labor hasta entonces casi en exclusiva de pasador, su más conocida de cañonero.

La desventaja obligó a Jordi Ribera a recurrir a Entrerríos, obligado a olvidarse de cualquier precaución pese a salir de una lesión.

Bajo la tutela de su capitán, la selección española logró salvar el peligro y llegar al descanso con un empate (14-14), que hacía albergar esperanzas de una reacción definitiva.

Una reacción tuvo que esperar, pese al buen hacer de Alex Dujshebaev en ataque, hasta los trece minutos del segundo parcial, cuando España aprovechando una exclusión de Mirkulovski logró recuperar los tres goles de diferencia (18-21) de los que gozó en la primera mitad.

Se encargó de mantener la diferencia Pérez de Vargas, que, con dos paradas consecutivas, y dio el impulso necesario para asentar, esta vez ya si definitivamente, la defensa del conjunto español.