La selección española selló su clasificación matemática para los octavos de final del Mundial de Francia, tras imponerse por un contundente 42-22 a Angola, en un encuentro que sirvió para España otorgase minutos a los menos habituales. Una oportunidad que no desaprovecharon jóvenes como el lateral Costoya, que hasta ahora no había gozado de un solo minuto en el torneo, o el extremo Fernández, que aprovechó para inaugurar su casillero de goles.

Y es que poco interés más que el conocer si los menor habituales eran capaz de aprovechar la ocasión que les brindó Jordi Ribera tuvo un encuentro que el conjunto español dejó sentenciado ya a los diez minutos de juego con un contundente 10-2.

Un ritmo de gol por minuto que hizo pensar en la posibilidad de que los "Hispanos" pudieran superar los cuarenta goles de ventaja que tiene como récord en un Mundial, desde que se impuso por 51-11 a Australia en el campeonato disputado en 2013 en España.

Marca que pareció todavía más factible, tras la expulsión con tarjeta roja directa a los 9 minutos del portero angoleño Gilberto Figueira, el mejor hasta entonces del cuadro africano, tras llevarse por delante en un contraataque al extremo español Ángel Fernández.

Pero las constantes rotaciones, así como alguna que otra probatura, como la presencia del propio Ángel Fernández o de Álex Dujshebaev en la punta de la defensa 5-1, aplacaron el frenético ritmo goleador del equipo español. Pero bastó que España se centrase de nuevo mínimamente en defensa para que se sucedieran los continuos robos del balón del conjunto español, que como le gusta, a la carrera, dio un nuevo estirón a un marcador que reflejaba al descanso una ventaja de once tantos (21-10) al descanso.

Una renta que se siguió creciendo en una segunda mitad en la que toda la atención se centró en el estado físico del portero angoleño Giovany Muachissengue, que renqueante de una rodilla tuvo que dejar su puesto durante unos minutos a un jugador de campo, ante la imposibilidad de que otro guardameta lo relevase tras la expulsión de Figueira. Percances y más percances que acabaron por afectar también al conjunto español, incapaz de concentrarse totalmente en defensa.