| Desde que emergieron al escenario público las profundas desavenencias entre el Celta y el Concello, en cada acto en el que coinciden el presidente celeste y el alcalde todos sus gestos se escrutan con atención. Y en ese sentido ambos han optado por mantener la apariencia de cordialidad. Ayer, por ejemplo, se saludaron con cortesía antes de que comenzase el encuentro cuando Carlos Mouriño apareció en el palco, donde ya se encontraba Abel Caballero -instante que recoge la imagen de la derecha-. Pero si bien en las últimas semanas no han trascendido movimientos, el conflicto entre las dos instituciones sigue latente.