La plantilla del Celta se incorporó ayer al trabajo. El cuadro celeste, el que primero saltará a la cancha en 2017 junto con el Valencia -ida de octavos de la Copa, martes en Mestalla a las 19.00-, ha sido el último en regresar a los entrenamientos junto con el Barcelona. Todos los célticos acudieron de forma puntual a su cita con Berizzo salvo Orellana, que llegó unos minutos tarde a las instalaciones de A Madroa en taxi.

El chileno era uno de los hombres que concentraba la atención. El jugador, que se recupera de una rotura fibrilar de grado I en el músculo sartorio del muslo derecho, trabajó por su cuenta en el gimnasio. El cuerpo médico considera que no llegará a tiempo de medirse al Valencia. El objetivo es que pueda reaparecer contra el Málaga el próximo domingo, cumpliendo así los plazos previstos.

Sí pudo ejercitarse con el resto de sus compañeros Iago Aspas, que arrastraba una sobrecarga muscular desde el partido en San Mamés contra el Athletic, con el que se cerró el año. El moañés debería estar a disposición de Berizzo en Mestalla. Planas, con una rotura muscular en el gemelo, y Beauvue, en el proceso de rehabilitación de su rotura del tendón de Aquiles, completan el parte médico junto a Orellana.

Berizzo esperaba a los jugadores en el césped de A Madroa y los fue saludando uno a uno conforme estos abandonaban los vestuarios. Marcelo Díaz, que ayer cumplía 30 años, recibió la felicitación de sus compañeros. El entrenamiento se desarrolló a puerta cerrada, pero varios aficionados de corta edad aprovecharon las vacaciones navideñas para esperar a sus ídolos al final de la sesión.