Cuando hace una semana recibió una llamada de la Federación Española de Balonmano pensó que era una broma. Le acababan de comunicar que estaba convocado con la selecciona nacional de categoría promesas para disputar en Francia el Campeonato Mediterráneo, del 16 al 21 de enero. "Me lo tomo como un premio. Voy con muchísima ilusión y ganas de aprender", explica el joven Dani Fernández, natural de Vigo y que desde esta temporada juega en el Luceros cangués, de Primera Estatal, filial del Frigoríficos. Ya tuvo la oportunidad de debutar en Asobal en el primer partido de la temporada. En el club cangués están encantados con él y sostienen que tiene cualidades para ser un gran portero. "Solo le falta crecer unos centímetros más, pero es muy joven", dicen. Tan joven que aún acaba de cumplir 16 años. Junto a él hay otro gallego en la convocatoria, Rubén Fernández, del Seis do Nadal.

"Cuando me comunicaron que estaba convocado fue todo un subidón. Ya estoy deseando que llegue el día", afirma Fernández, que de momento se entrena con la selección juvenil gallega en el Lalín Arena. Es la primera llamada de uno de los combinados nacionales de España, una convocatoria que estuvo cerca en otras ocasiones. "Cuando estaba en el Octavio habíamos hecho una buena temporada y un buen sector y me comentaron del club que se estaban pensando en convocarme. Pero en el último momento debí quedarme fuera porque no me llamaron".

La sucesión de cambios en los últimos meses ha sido vertiginosa. En verano le llamaron del Cangas y se reunió con Victor García "Pillo", entrenador del Frigoríficos, y con su ayudante, José Figueroa, que a su vez es el técnico del equipo de Primera Estatal, el Luceros. "Me reuní con ellos y me explicaron el proyecto que tenían. José me dio mucha confianza porque me dijo que contaba conmigo para el equipo de Primera Estatal", manifiesta Fernández. El joven guardameta tuvo la oportunidad de realizar la pretemporada completa con el equipo de Asobal y cada semana acude a uno o dos entrenamientos a las órdenes de Pillo. "Estoy muy contento de haber venido a este lado de la ría", reconoce.

La llamada de la selección española es el reconocimiento al buen trabajo realizado hasta ahora y reconoce que existe cierta presión. "Este equipo es muy bueno, es una generación que está imbatida y que ofrece muy buenas sensaciones. Si no estás bien te quedas fuera", admite el portero del Luceros. La concentración será en Guadalajara del 12 al 15 de enero, con entrenamientos de mañana y tarde. "Ya coincidí antes con el portero del Barcelona [Jorge Pérez] y yo voy con la intención de darlo todo en los entrenamientos, de demostrarle al entrenador que puede contar conmigo cuando lo necesite y de aprovechar los minutos", asegura.

Su entrenador en el Luceros revela: "Hacía tiempo que lo conocía y que seguía su progresión. En el último Campeonato de España por Autonomías tuvo una gran actuación. Es un jugador con muchísima proyección, el único inconveniente que puede tener es la altura. Mide casi 1,80, pero si llegase a medir más de 1,90 ya ni siquiera estaría en Cangas", afirma convencido. A la hora de enumerar las cualidades del vigués, José Figueroa destaca "su rapidez, la intución, la capacidad para leer cómo arman el brazo los lanzadores del equipo contrario y, a pesar de tener solo 16 años, es muy maduro y tiene destellos de liderazgo. Posee capacidad de trabajo, siempre está corrigiéndose".