Sergio Álvarez reinicia la escalada. El portero catoirense, a quien ninguna conquista le ha resultado sencilla, inauguró en la eliminatoria con el UCAM Murcia su nuevo rol en la jerarquía establecida por Berizzo. Ha concluido su etapa como titular, en la primera temporada y media a las órdenes del técnico argentino, y también la rotación equilibrada con Rubén Blanco de los últimos meses, entre el final de la campaña anterior y el inicio de la actual. El mosense tiene ahora prioridad en Liga y Liga Europa. Berizzo le reserva a Sergio la Copa del Rey como el territorio que premia a los suplentes esforzados.

A Sergio le costó una década de trabajo ser titular en el Celta. Fue cedido, defendió la portería del filial, en el primer equipo ejercía de tercera opción. En la planificación a largo plazo del club siempre se le incluyó como pieza de relleno, fácilmente prescindible, porque el futuro pertenecía a Blanco e Iván Villar. Durante la temporada 2014-2015 se reivindicó. Aprovechó la bisoñez de sus compañeros. Protagonizó actuaciones heroicas, como en el derbi o en el Camp Nou. "Quiero sentirme valorado", dijo, frase sencilla pero rotunda en alguien que jamás se había quejado. Se ganó la renovación hasta 2018.

Esos tiempos felices han quedado atrás. El club no resolvió con un fichaje las dudas que su pareja de arqueros le había generado a Berizzo en el anterior curso. Y Blanco le ha ganado el pulso a Sergio, que a sus 30 años debe reiniciar la pelea por hacer con un sitio al sol. En la eliminatoria ante el UCAM ha mantenido la portería a cero, dato siempre reseñable en el Celta, incluso ante un adversario de menor fuste. En la vuelta, sus paradas a Vicente, Imaz y Collantes impidieron que los murcianos penalizasen la relajación celeste con un angustioso final.

Sergio resume su actitud: "Tengo el rol de entrenar y dar lo máximo de mí cada día, y después estar preparado para cuando me toque jugar, sea en la Liga, la Copa o Europa. Estoy contento porque el equipo cumplió el objetivo y a nivel personal porque dejamos la portería a cero". El Gato ha caído. Pero de pie.