La selección española femenina de balonmano sumó su primer punto en la segunda fase del Europeo de Suecia, al empatar con Alemania, en un encuentro en el que España volvió a verse atrapado por sus fantasmas en los segundos finales.

Quiso el destino que el conjunto español volviese a encontrarse tras la cruel derrota encajada ante Francia ante una situación similar a la que le costó el partido ante las galas.

Un dramático desenlace que pesó, y de qué manera, sobre las cabezas de las jugadoras y el cuerpo técnico del equipo español, que con empate (20-20) en el marcador y en posesión del último balón, prefirió no arriesgar en busca de la victoria.

El conjunto español no estaba dispuesto a repetir el susto que vivió ante Francia en un último lanzamiento lejano, que pareció buscar más que el reloj llegase a cero, que batir a la portera alemana Dinah Eckerle.

De hecho, las jugadoras españolas celebraron sobre la pista el empate casi como una victoria, un claro síntoma de las dolorosas secuelas que ha dejado la derrota ante Francia.

Agobios finales que la selección española se hubiese evitado de mantener en la segunda parte, el buen nivel de juego exhibido en el primer tiempo que le permitió llegar al descanso con una renta de tres tantos (12-9).

Silvia Navarro, que cerró el choque con un 44 por ciento de paradas, sustentó con sus intervenciones las opciones de victoria del conjunto español, que tendrá que deberá esperar algún tiempo para superar los fantasmas creados por la derrota ante Francia.