La cantera del Celta ha dado un puñetazo sobre la mesa. El equipo vigués iniciaba la segunda vuelta de la competición doméstica en territorio comanche. En el horizonte estaba el derbi. El Deportivo buscaba acercarse a los dos puestos de cabeza. El triunfo de los locales era determinante. Crucial. La victoria le situaría a tres puntos del primer puesto que ocupa el cuadro celeste. Sin embargo, los pupilos de David de Dios se adjudicaron de nuevo el clásico del fútbol gallego doblegando con un contundente resultado al cuadro blanquiazul.

El equipo vigués demostró en tierras herculinas que es un firme candidato a imponerse en el Grupo I de la División de Honor. El Celta Juvenil fue creciendo con el paso de los minutos. En una primera parte igualada mostró su contundencia en ambas áreas. En el ecuador del primer acto, Gabri Palmás batía al guardameta del Deportivo tras aprovechar una buena asistencia de Álex Rey.

El conjunto de David de Dios tenía el partido donde quería. El derbi era una batalla en la medular. No existía un dominador claro. Tampoco había ocasiones claras para que variase el tanteo en el marcador. Pese al control que quería imponer el Celta Juvenil, el Dépor dispuso de una buena oportunidad para restablecer la igualada, pero Pablo Vázquez evitó el tanto deportivista.

El segundo acto fue más divertido para el espectador. El cansancio y la derrota de los locales abrían el derbi. El Dépor buscaba la igualada. El arreón local casi da sus frutos. Dos remates de dos atacantes del cuadro herculino pusieron a prueba la solidez de la zaga de un Celta Juvenil que sentenció el derbi en el ecuador del segundo tiempo por mediación de dos acciones a balón parado. Gabri Palmás anotaba su segundo tanto de la tarde mientras que cuatro minutos después sería Riki el encargado de sentenciar otro clásico del fútbol gallego con color celeste. Los tres puntos consolidan a los vigueses en lo más alto de la tabla con nueve de ventaja con respecto al cuadro herculino.