El Sevilla cumplió con los pronósticos y rubricó en Lyon su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones, pero lo hizo sufriendo tras lograr un triste empate sin goles.

El conjunto hispalense partía con ventaja puesto que para clasificarse le bastaba con empatar o no perder por más de un gol de ventaja. El Olympique de Lyon, que pasará a jugar la Liga Europa, mereció mejor suerte, al contar con numerosas ocasiones para marcar, pero acabó pagando su ineficacia frente a la portería de Sergio Rico, salvado en dos ocasiones por los palos.

El Sevilla salió con un planteamiento conservador, sin un delantero puro, al dejar Sampaoli en el banquillo a Vietto y Ben Yedder. El técnico argentino optó por poner en punta a Vitolo y Nasri, además de colocar un muro en el centro del campo situando a Iborra junto a N'Zonzi.

Como estaba previsto, el conjunto francés salió a tratar de controlar el partido presionando muy arriba al Sevilla. Si bien, la primera gran ocasión fue para el once hispalense. En el minuto 19 Vitolo sentó con un gran regate a Rafael y envió un balón cruzado que repelió el poste. Fue la jugada que abrió la caja de pandora. Un par de minutos después Valbuena regateó a Mariano en el pico del área y todo el estadio pidió penalti.

Las protestas no tardaron en desaparecer porque en la siguiente jugada Vitolo se plantó sólo ante Anthony Lopes y, tras driblar al portero francés, cayó en área. Un jugada que el sueco Jonas Eriksson no sancionó con la pena máxima, ni con la expulsión del guardameta, ante el asombro de los más de 52.000 espectadores que abarrotaron el Parc Olympique Lyonnais.

El Sevilla se dedicó a neutralizar las acometidas lionesas y a ralentizar el ritmo de juego con la cualquier excusa. La ineficacia atacante lionesa hizo el resto.