La ausencia de juego interior condenó al Seis do Nadal, que fue incapaz de frenar a los pivotes lucenses. Las estadísticas fueron reveladoras, pues el Seis do Nadal atrapó 33 rebotes, dos de ellos ofensivos; mientras que los lucenses atraparon 53, diecinueve de ellos ofensivo.

Al descanso los vigueses perdían por veinte puntos de diferencia, con lo que todo quedó visto para sentencia esperando el resultado final.