La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia ha anunciado la suspensión de los permisos de vuelo a la aerolínea Lamia, responsable del avión que se estrelló el pasado lunes por la noche con 77 personas a bordo, de las cuales 71 perdieron la vida. Una medida que entrará en vigor "de manera inmediata", según el comunicado difundido por el organismo, después de que las autoridades colombianas hayan confirmado que la nave accidentada no llevaba suficiente combustible.

Un portavoz de la aerolínea, Gustavo Vargas, ha explicado en el diario boliviano Página Siete que el piloto debía haber aterrizado en Bogotá para reabastecerse de combustible antes de seguir hacia Medellín, destino final del vuelo. Sin embargo, "toma la decisión de no entrar porque pensó que le alcanzaba el combustible". "Se trata de un piloto de mucha experiencia que hizo su entrenamiento en Suiza", ha precisado, antes de añadir: "Tenemos que investigar el por qué tomó la determinación de irse en forma directa a Medellín".

La decisión de la DGAC llega después de que, además, el diario boliviano El Deber haya publicado un informe oficial que revela cómo el plan de vuelo del avión sumaba al menos cinco advertencias por las cuales la nave no debía despegar. Este documento lo entregó el despachador de Lamia, Álex Quispe, fallecido en el accidente, a una funcionaria de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea en el aeropuerto de Santa Cruz, desde donde despegó.

El plan de vuelo del avión de Lamia que terminó estrellándose en Medellín fue observado por Celia Castedo, la controladora del aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz (Bolivia), porque la aeronave no poseía suficiente capacidad como para hacer un viaje directo entre ambos puntos. Castedo también reclamó la falta de un segundo plan de vuelo alternativo.

El documento de observaciones de Castedo señala que el tiempo de vuelo previsto para recorrer la distancia que media entre Santa Cruz y Medellín era de 4 horas y 22 minutos, que era el tiempo máximo de autonomía de vuelo del avión. Esto se halla expresamente prohibido por las reglas de aeronáuticas. Sin embargo, por alguna razón todavía no establecida la observación de la controladora no impidió el despegue del avión. El documento incluye la respuesta que le dio a Castedo el encargado de Lamia de tramitar la aprobación del plan de vuelo, Alex Quispe (quien luego fallecería en el accidente): "No, señora Celia, esa autonomía me han pasado (el capitán, Miguel Quiroga), nos alcanza bien? Así nomás lo presento, lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe".