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El tren se va

El Celta, rutinario y sin apenas ingenio, cumple el expediente el día que Señé y Naranjo dejaron escapar una buena oportunidad para reivindicarse ► La solvencia defensiva, lo mejor

Sergi Gómez y Cabral se abrazan tras marcar el gol en La Condomina. // LOF

Berizzo, un artista del lenguaje en la sala de prensa, describió con una acertada metáfora la situación a la que se enfrentaba Naranjo (y algún otro) en el partido copero ante el UCAM Murcia: "Es la última oportunidad de subirse a un tren que circula a doscientos kilómetros por hora".La cuestión es que el tren al que aludía el técnico pasó por La Condomina bastante más despacio, pero Naranjo se quedó en la estación. Pocas cosas hay más melancólicas que un andén vacío. Ahí, sentado en un banco, como un novio sacudido por la ausencioa, es donde se encuentra ahora mismo el joven delantero al que se le escapó la oportunidad de revindicarse, de derribar alguna de esas puertas invisibles que le impiden tener una presencia más activa en el equipo de Berizzo. Le sobraron ganas, pero le faltó todo lo demás. Apenas tomó decisiones acertadas, se le vio apurado y desesperado en algunos momentos. Incluso se libró de la tarjeta roja en una acción en la que soltó la mano a un rival y que el colegiado dejó en amarilla. Puede que Berizzo no le ayudase con sus declaraciones de la víspera porque le cargaba de responsabilidad y le colocaba frente a una situación límite. Aunque tampoco puede descartarse que ésa fuese la angustia que el técnico quisiese general en él, para medir su respuesta. A Naranjo ya no parece quedarle más salida que encontrar en el mercado de invierno un destino donde pueda confirmar y refrescar todo aquello que se vio la pasada temporada en Tarragona y que fue muy bueno.

señé, pape

Tampoco fue un gran día para Señé, otro de los que también estaba sometido a especial escrutinio. Apunta cosas, pero deja todo a medio hacer y en algunos momentos le cuesta tomar la decisión acertada. Pape es otra historia. Estuvo por encima de la media todo el partido y pareció sentirse mucho más cómodo a medida que avanzaba el partido. Incluso se permitió una jugada sobresaliente en la banda en la que acreditó, tras sentar a dos contrarios, que tiene condiciones que le distinguen de la mayoría de centrocampistas.

defensa

Berizzo intuía (posiblemente daba por seguro) que marcarían en La Condomina y se centró en que el rendimiento defensivo del equipo fuese el mejor posible. Jugó David Costas en el lateral pero a su lado colocó a gente de plena confianza como Cabral. Sergi y Roncaglia. Garantizaban seriedad. Y el Celta apenas tuvo problemas para controlar la función. Le puso entusiasmo el UCAM, pero los vigueses no le concedieron media ocasión. Solo en un disparo lejano y en un saque de córner que golpeó el palo de la portería de Sergio. Mención especial para Roncaglia, del que se habla muy poco. Un central que cumple en las cuatro posiciones de la defensa con absoluta solvencia, que cada vez pisa el campo rival con mayor autoridad y que tiene ese punto de veteranía siempre presenta para solventar situaciones de apuro. Ayer tuvo el mismo rigor que muestra ante los equipos más importantes de Primera.

poco conexión en punta

Sufrió el Celta para tejer fútbol. Sin faltarle actitud, a los de Berizzo les sobraron errores e imprecisiones. Discretos los mediocampistas, poco atinados los puntas y un poco desasistido Guidetti, al que apenas entendieron sus compañeros. Al final no es de extrañar que el gol tuviese que venir a marcarlo un defensa. Fueron lo más digno del equipo hasta sus últimas consecuencias. Ellos sí iban montados en el tren.

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