Iago Aspas ha cumplido con la tradición de marcarle al Granada, su víctima favorita, liderando una victoria ineludible en un partido cargado de buenas noticias para el Celta, que toma de nuevo impulso en la Liga tras una enrevesada semana por la derrota con secuelas en Ipurua y el inconveniente tropiezo europeo ante el Standard.
El moañés está en uno de esos momentos Midas que de vez en cuando alcanzan los elegidos: convierte en oro cada balón que toca. Y el Celta se mueve al compás que marca su zurda mágica. Pero además. su figura se agiganta cada vez se enfrenta al Granada, que Aspas ha convertido en su víctima particular: seis goles en cinco partidos, todos los que el virtuoso morracense ha jugado de celeste en Primera División contra el conjunto nazarí.
Al gol, persiguiendo con fe una jugada que él mismo había iniciado para machacar despiadadamente contra las mallas un balón suelto en el área con la complicidad de Vezo, Iago sumó una perfecta asistencia a Bongonda tras un elaborado tuya-mía entre ambos, y estrelló, antes de ceder el testigo a Pape, un balón en el larguero desde 35 metros que puso en pie al estadio. Claro que no todo fue Aspas en el partido. El partido dejó también un reguero de buenas noticias que invitan al optimismo para afrontar los desafíos que aguardan al Celta hasta las vacaciones de Navidad: el estreno goleador de Bongonda y de Pape, el crecimiento de Radoja, la plena recuperación de Fontás, la ferocidad y versatilidad de Roncaglia o el rigor táctico y la polivalencia de Daniel Wass.
el otro doble nueve
Berizzo volvió a recurrir al doble nueve para intentar superar la trinchera de cinco defensas que Alcaraz cavó entorno a Ochoa, esta vez juntando a Aspas y a Rossi, que sumó su segundo partido consecutivo como titular en la Liga. El moañés inició el choque cayendo hacia la derecha -por ahí llegó el primero gol que él mismo fabricó a lo Juan Palomo, guisándoselo y comiéndoselo- pero enseguida intercambió su posición con Wass, bien para tirarse al medio junto al italiano, bien para caer a la banda izquierda para asociarse con Bongonda, como en la hermosa jugada del segundo gol.
bongonda se quita un peso
Si algo se le ha reprochado a Theo Bongonda esta temporada es la falta de gol. Al belga le sobra velocidad y desborde, pero le cuesta encauzar su calidad para encontrar soluciones en la finalización de las jugadas y esto penaliza notablemente su juego. La fe de Berizzo, que ha perseverado en dar oportunidades al chico -no hay que olvidar que acaba de cumplir este mes 21 años-, ha tenido por fin recompensa. Aspas poco menos que el indica el camino pero el belga finaliza la jugada de modo impecable, cruzando la pelota al palo largo con un disparo imposible para el portero. No solo brilló ayer en ataque el joven extremo izquierdo valón, al que hay que elogiar también el ida y vuelta en la banda para colaborar en l labores defensivas.
Fontás está de vuelta
Si Bongonda protagonizó una de las mejores noticias en ataque, la buena nueva en defensa fue la sólida actuación de Andreu Fontás, que se acerca ya mucho al imponente nivel de juego que tenía antes de lesionarse. Hace ya algunas semanas que la lesión puede considerarse superada, pero el catalán ha dado un paso más al frente que le va a venir de perlas al Celta en un mes de diciembre muy cargado de partidos.
El exazulgrana es un central diferente al resto. No es rápido, ni feroz en la marca y tampoco brilla en el juego por alto pero compensa sobradamente sus limitaciones físicas con un excelente criterio para dar salida a la pelota, algo indispensable para un equipo con vocación de juego aseado, como el Celta. Fontás ofrece soluciones distintas al pelotazo y esto es una virtud que hay que poner en valor. Berizzo, sin duda, ha tomado nota.
doble pivote inédito
Otra interesante novedad del duelo frente al Granada fue doble pivote formado por Nemanja Radoja y Marcelo Díaz, inédito esta temporada. La fórmula, propiciada por la sanción de Pablo Hernández, dio al Celta un buen funcionamiento en el manejo de la pelota en la superpoblada parcela del Granada y proporcionó a Wass libertad de movimientos para allanar el camino de la portería a los delanteros.
El chileno, que brilla siempre con su selección pero no acaba de encontrar esta temporada con el Celta el punto de finura que le caracteriza, fue de menos a más en el partido. Radoja, en quien se percibe un notable crecimiento, fue más regular. Intenso y eficaz en el quite, el serbio dio también un paso al frente en la composición del ataque que ayer le llevó a cortejar el gol casi con hechuras de delantero.
Error, pánico y sentencia
Un grosero error de Cabral en el que pudo influir el lamentable estado del césped, metió al Granada en el partido y a punto estuvo de provocar un ataque de pánico que el equipo acabó controlando al cabo de algunos minutos de dificultades. En esta labor resultaron determinantes los hombres de refresco (Seña, Guidetti y Pape), artífices del tercer gol.
