Magullado por su inesperado tropiezo europeo ante el Standard, el Celta retoma el pulso de la Liga esta tarde ante al Granada (Balaídos, 18.30 horas Bein Sports) decidido a sumar un triunfo que consolide su posición en la zona alta de la tabla en vísperas de un mes de diciembre clave para conocer por qué va a pelear al conjunto de Berizzo en las tres competiciones que todavía tiene por delante esta temporada.

Recibe al cuadro celeste al colista de la categoría en uno de esos compromisos asequibles sobre el papel que suele complicarse luego en el campo, pues el Granada se presenta en el estadio vigués muy necesitado de puntos y cuenta con más recursos de lo que da a entender su atribulada posición en la tabla. Después de doce jornadas, los de Lucas Alcaraz desconocen el triunfo -apenas ha sumado cinco empates- y se proponen poner esta tarde una pica en Balaídos que haga bueno el empate rebañado la pasada jornada en Mestalla.

Para los celestes la victoria es una cuestión de autoestima. Tras caer en Eibar y comprometer hace tres días su clasificación continental con un empate decepcionante, necesitan con urgencia un golpe de autoridad en la Liga. Berizzo lo expuso ayer con claridad meridiana: "Cuando te dan una buena piña o te quedas lamentándote o aprietas los dientes e intentas darle dos al que te la dio, y esto es lo que vamos a hacer". La reacción celeste pasa, según el técnico, por recuperar la consistencia a través de la posesión de la pelota después de una seriede encuentros en los que el juego directo ha prevalecido sobre la elaboración.

El problema es que el Celta se propone recuperar su versión más afilada frente a un rival que no va a asumir riesgos -Alcaraz armará su once con cinco defensas y cuatro centrocampistas- y tendrá que hacerlo con importantes bajas en todas sus líneas. Faltarán Hugo Mallo y Sergio Álvarez, expulsados hace una semana en Ipurua y castigados luego por el Comité de Competición con cuatro y dos encuentros de suspensión, respectivamente. Tampoco estará en medio campo el chileno Pablo Hernández, en este caso por acumulación de cinco tarjetas, ni en ataque Fabián Orellana, otra baja muy sensible, que no acaba de recuperarse de la lesión en el tobillo izquierdo que se produjo a finales del mes pasado en Las Palmas. Lo que parecía que iba a ser una lesión de un par de semanas supera ya las cuatro, acentuada por el retroceso sufrido durante la concentración del futbolista con la selección de Chile.

A pesar de todos estos condicionantes, Berizzo desplegará frente al Granada un once con futbolistas habitualmente titulares. La portería volverá a ser para Rubén Blanco, por quien Berizzo se había inclinado ya como guardameta titular y antes de la sanción a Sergio, y que contará al menos con dos partidos de Liga más para asentarse bajo el travesaño.

La ausencia de Hugo Mallo en defensa, mientras, llevará al lateral derecho a Facundo Roncaglia, el defensa para todo de Berizzo. Ya recuperado de los problemas físicos en el gemelo que le obligaron a pedir el cambio el pasado jueves, Jonny ocupará el costado izquierdo, mientras que Gustavo Cabral y Sergi Gómez, que regresa al once tras dos partidos ausente, formarán en el eje de la zaga.

En el medio del terreno, tampoco se esperan sorpresas. Ausente Pablo Hernández, lo natural es que el preparador céltico eche mano de los tres medio centros que tiene a mano: Marcelo Díaz y Radoja en el doble pivote, y el danés Wass por delante, como enganche con el trío de atacantes.

Es precisamente en el frente de ataque donde esta la principal duda sobre las intenciones del preparador céltico. Berizzo puede recurrir al doble nueve juntando a Aspas y Guidetti, como en los últimos partidos, con el moañés tirado hacia el costado derecho, o bien situar a Iago como delantero de referencia arropado en los flancos por dos hombres de banda, como Sisto y Bongonda. La primera opción le otorga pegada pero favorece el juego directo y resta fluidez a la elaboración; la segunda reduce su contundencia frente al marco rival pero le proporciona mayor desborde y capacidad asociativa.

Considerando que el Granada armará una muralla y presumiblemente esperará agazapado al Celta para robar el balón y golpearle a la contra, no es descaballado suponer que Berizzo optará por jugar con dos extremos en lugar de con dos delanteros centro.

Si esto se confirma, el artillero internacional sueco serviría como recurso de banquillo, donde compartiría asiento con el italiano Guiseppe Rossi. El banco lo completarían el atacante Josep Señé, el defensa central Andreu Fontás, el centrocampista canterano Pape Cheikh y el portero del filial Iván Villar, que se cuela en la convocatoria por la sanción a Sergio.

Por lo que respecta al Granada, Lucas Alcaraz, recupera al central portugués Rubén Vezo, ausente la pasada ante el Valencia por imperativo contractual, al lateral derecho francés Dimitri Foulquier y al delantero argentino Ezqquiel Ponce, aunque éste apunta al banquillo. Los problemas se le presentan al entrenador nazarí en la banda izquierda, donde pierde al lateral brasileño Gabriel Silva y al atacante galo Jeremie Boga. Tampoco podrá contar Alcaraz con el delantero centro David Barral, a quien el club ha abierto expediente por agredir a su compañero Isaac Cuenca durante un almuerzo de la plantilla. Franck Tabanou se perfila como el sustituto de Silva en la banda izquierda, mientras que Andrés Pereira suplirá a Boga en ataque, lo que presumiblemente llevará al nigeriano Uche Agbo al doble pivote junto a Sergi Samper.

Se presuma tambiéne la titularidad de Foulquier en el lateral derecho y la vuelta de Vezo al eje de una defensa de tres centrales tan del gusto de Lucas Alcaraz.